Nadie se ha tomado en serio el vaticinio que hizo hace unas semanas la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, sobre la vuelta de los tipos de interés a niveles previos a la pandemia en cuanto la inflación se normalice. Sería volver a los tipos cero o negativos, una situación tan anómala como perjudicial para los bancos.
“Ni por asomo”, respondió este miércoles Víctor Iglesias, durante un desayuno organizado por la CEOE. “Fue algo anómalo porque había deflación y se adoptaron medidas expansivas, pero no volverá a ocurrir, aunque la inflación sí se va a moderar”, explicó el CEO de Ibercaja. En definitiva, que a Georgieva no la cree nadie, ni el mercado ni las entidades españolas. Pobre Kristalina.
Preguntado sobre la (no) remuneración de los depósitos, Iglesias vaticinó que los bancos volverán a remunerarlos “cuando los indicadores de liquidez del sistema bancario son un poco menos holgados”, y esto sucederá “bastante pronto, probablemente este trimestre”, afirmó. Habrá que ver al final cómo se concreta y bajo qué condiciones.
Sobre la vivienda, fue también muy claro. Para empezar, según Iglesias, y es lo que están viendo las entidades, el Código de Buenas Prácticas acordado con el Gobierno para ayudar a las familias vulnerables, va a tener una “demanda escasa”. “Va a ser un porcentaje mínimo” las que se acojan al citado Código, porque la mayoría de los hogares ya han tomado medidas como la amortización de parte de la hipoteca aprovechando el ahorro acumulado durante la pandemia.
Iglesias ve “bien” utilizar viviendas de la Sareb para alquileres sociales, aunque no tiene claro que vayan a satisfacer las necesidades de las familias. En cualquier caso, la solución no puede ser topar el precio de alquiler, sino aumentando la oferta. “Hay que incentivar a los propietarios para que se pongan viviendas en alquiler”, afirmó, y recordó los planes de vivienda protegida de hace 20 ó 30 años, que beneficiaron sobre todo a los jóvenes. Porque la demanda natural de hogares es de 200.000 al año y la oferta de vivienda es de 100.000. Hacen falta, por tanto, otras 100.000 y no las 50.000 prometidas por Sánchez.
Ibercaja seguirá siendo caja de ahorros y seguirá en solitario, es decir, aunque venga otra crisis bancaria, no se fusionará con nadie. “Entre que podemos (seguir en solitario) y no queremos (fusionarnos)…”. En esta línea, Iglesias aseguró que el fondo de reserva (320 millones de euros), el que debe debe dotar para que la Fundación Ibercaja continúe siendo el principal accionista con una participación del 88%, estará completado en un año y medio, aproximadamente, es decir, antes de 2025, cuando finaliza el plazo establecido.