Grupo Villar Mir ha quedado reducido a su mínima expresión después de décadas siendo uno de los grupos empresariales familiares más importantes de nuestro país. Pero una gestión errática y una deuda desbocada llevaron al empresario a emprender el camino inverso que este martes ha cerrado uno de sus últimos capítulos.
Hablamos de la venta de comercializadora eléctrica Energya VM y de su cartera de 483 megavatios eólicos en España al fondo italiano de infraestructuras F2i y a Credit Agricole Assurances por una cantidad que no ha trascendido.
A la venta de OHL Concesiones al fondo IFM en 2018 por 2.235 millones, la de Ferroatlántica (el negocio en España) al fondo TPG, en 2019 por 170 millones, y la de Fertiberia en ese mismo año al fondo Triton, le siguió la de OHL a los hermanos Amodio en 2020, que pasó a llamarse OHLA. A partir de se momento, la joya de la corona de GVM era Energía, que ahora pasa a manos de italianos y franceses.
A partir de ahora, la empresa de referencia de GVM es Ferroglobe, que preside Javier López Madrid, cuñado de Juan Villar Mir de Fuentes, presidente de GVM y cuya relación no siempre ha sido fácil. Además de Ferroglobe, el grupo mantiene la propiedad de la inmobiliaria Espacio, dedicada principalmente a la promoción de viviendas.