Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, defiende la “estafa” del coche eléctrico. Y lo hace frente a la negativa que ha recibido de Alemania, Italia, Polonia y Bulgaria a vetar el coche de combustión (gasolina o gasoil) en 2035.
Una prohibición que también han rechazado varias voces en España durante la semana pasada en el congreso de la patronal de concesionarios oficiales (Faconauto): entre ellas, su presidente, Gerardo Pérez; así como el CEO de Repsol, Josu Jon Imaz; y el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. Una cita en la que se destacó el compromiso con la descarbonización y la movilidad sostenible, apostando por la neutralidad tecnológica, y se pidieron ayudas directas.
Von der Leyen debería escuchar a algunos expertos. El ingeniero industrial Adolfo Roldán ha afirmado que el coche eléctrico “es una tomadura de pelo”, denunciado la presión a la población vendiéndole que con la compra de un eléctrico “van a salvar el mundo”. “Es una absoluta estafa”, en su opinión, porque el eléctrico produce emisiones para la gestión de las baterías y para su producción.
Por su parte, el mecánico y perito judicial Ángel Gaitán, que es defensor y usuario de coche eléctrico, señaló a Libertad Digital hace unas semanas que “no estamos preparados” para el veto al coche de combustión en 2035. Y es que cada día se encuentra problemas nuevos, por ejemplo: a la hora de la carga en sitios públicos ya ha empezado casi todo el mundo a cobrar, y la carga en casa no va mucho mejor (él ha tenido que rehacer su instalación doméstica); tarifas de luz más caras; los incendios; no existe la posibilidad de reparar las baterías sino que el cortocircuito en una de sus celdas sólo se soluciona con una nueva; y falta mucho investigación y resolver el tema del reciclaje de las baterías. “Europa tendrá que hacer un giro a su estrategia y frenar la Euro 7”, subrayó, en relación a la normativa que se prevé que entre en vigor el 1 de julio de 2025 para turismos y furgonetas.
Al hilo de la Euro 7, José López-Tafall, director general de la Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), refirió en una entrevista para Europa Press, que la propuesta “será mucho más perjudicial para España que para otros fabricantes”. En definitiva, parece que la UE sólo quiere que se compren coches más caros sí o sí... no le imporan los problemas de los eléctricos. Y en este escenario no hay que olvidar tampoco los problemas que está teniendo Tesla, que ha llamado a revisión a 3.500 vehículos por desajustes en los cinturones de seguridad y ya acumula más de 300.000 en EEUU por el tema de la conducción autónoma.