El apoyo de Moncloa no es el único requisito para que salga adelante la OPA del BBVA sobre el Sabadell, pero sí es decisivo y Carlos Torres ha recuperado ese apoyo, de tal manera que,  si finalmente no saliera la operación, sería por el rechazo de los accionistas del banco que preside Josep Oliu.

Seamos realistas: si el Gobierno apoya la OPA, la CNMC de Cani Fernández no será quien la impida, más allá de imponer ciertas condiciones en algunos territorios como Cataluña o Comunidad Valenciana.

Ahora bien, el apoyo del Gobierno no es incondicional, es decir, depende del acuerdo al que pueda llegar Pedro Sánchez con ERC y Junts, tanto en Cataluña como en Madrid. Si no logra contentar a todos, la OPA podría no salir adelante, aunque lograra el apoyo de los accionistas del Sabadell. Se podría producir entonces un caso similar al del Santander con Banesto.

Otra cosa es la aceptación por parte de los accionistas del Sabadell. Parece inevitable que para lograr ese 50,01% de adhesiones, Torres tendrá que mejorar la oferta, por ejemplo, pagando parte en efectivo. Y eso a pesar de insistir en que no tiene margen para hacerlo. ¿De verdad no va a mejorarla si haciéndolo tiene el éxito asegurado?

El otro frente abierto, la imputación de BBVA SA en el caso Villarejo, tampoco va a influir en la operación ya que, según la subgobernadora del Banco de España y gobernadora en funciones, Margarita Delgado, ni Fráncfort ni el propio BdE intervendrán hasta que no haya sentencia firme. Así lo ha manifestado este viernes, durante su intervención en las jornadas organizadas por la APIE en la UIMP, en Santander.

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Teniendo en cuenta la velocidad de la justicia española y europea, podemos estar hablando de más de una década. Para entonces, a lo mejor ya no queda nadie del actual consejo de administración del banco. Sea como fuere, ¿de verdad el BCE no tiene nada que decir, hasta sentencia firme? ¿Y el riesgo reputacional? Si el BCE no dice nada no será porque no pueda hacerlo, sino porque no quiera. Un banco puede caer en cuestión de días por cuestiones reputacionales, por pérdida de confianza. Cuánto más puede suceder mientras los tribunales dictan sentencia firme.

Y naturalmente, a todo lo anterior hay que añadir la necesidad imperiosa de una mejora en la OPA rácana del BBVA, con aportación en metálico y bastante más generosa que la actual.