Giro copernicano en la estrategia de Telefónica: comienza la era industrial. Hasta ahora el plan estratégico del presidente, José María Álvarez-Pallete, ha consistido en reducir el apalancamiento de la operadora. Pues bien, esa etapa se ha cerrado.
Ahora pasamos a la era industrial. Con un añadido: Hispanoamérica no se vende y las enajenaciones concluyen con las ventas de Centroamérica.
Para ser rigurosos, el plan estratégico actualmente en vigor no hablaba de venta de las filiales iberoamericanas, aunque lo planteaba como posibilidad. De lo que realmente hablaba era de no más inversión en el área hispana. Y de una reconversión de la deuda consistente en apalancarse en moneda local sin traspaso de fondos desde la corporación. Pues bien, ese proceso ha concluido y ahora nos encontramos con una Iberoamérica que, además de empezar a aportar fondos, está endeudada en moneda local. En resumen, Iberoamérica vuelve a tener expectativas de rentabilidad y en los planes del equipo directivo no entra la venta de ninguna de las grandes unidades. Por ejemplo, Argentina y Perú.
Pero, lo más importante es que la teleco inicia una nueva era de inversión. Hasta ahora toda la preocupación del Consejo de Administración ha sido la cotización cuya elevación se fiaba exclusivamente a una reducción de la deuda. Pues bien, la deuda ya se ha reducido todo lo que tenía que reducirse. Eso significa que ahora se va a invertir, con la vista puesta, por ejemplo, en nuevos servicios o incluso, nuevos productos. Un cambio clave en cinco años de presidencia de Álvarez-Pallete.
Importante: todo esto se hará sin fichajes externos. La nueva etapa exige remodelación del equipo directivo pero con gente de la casa.