Wayne Griffiths, presidente de Seat (y por tanto, responsable de esta y de la marca premium Cupra), ha advertido de posibles recortes de producción, pero por razones distintas a las de su matriz, el grupo Volkswagen. Este último se plantea, por primera vez en su historia, cerrar plantas en Alemania para reducir costes; mientras en el caso de su filial española, que ya ha reducido sus costes fijos un 30% en los últimos años, el ajuste en producción podría darse si no se rebajan los aranceles europeos a los coches eléctricos chinos… porque en China se fabrica el Cupra Tavascan.
El presidente de la filial española del grupo Volkswagen ha señalado que están negociando con la Unión Europea porque “es incomprensible, pues es un coche claramente europeo, diseñado aquí, que se produce en una fábrica de un grupo europeo en China”, concretamente en una empresa conjunta, donde Volkswagen tiene la propiedad mayoritaria, junto al grupo JAC en Anhui. Hasta ahora, al igual que Tesla, han logrado cierta rebaja de sus aranceles europeos a los coches eléctricos que se importan desde el gigante asiático, que han pasado del 37,6% inicial al 21%. Sin embargo, Griffiths considera que debe haber más rebaja, porque el Cupra Tavascan es un eléctrico que cuesta más de 50.000 euros y dichas tasas supondrán unos 10.000 euros, por lo que “se estará perdiendo dinero” porque será vender “a pérdidas”.
Ante todo esto, “no solo el Tavascan corre peligro, corre peligro la empresa”, ha advertido Griffiths. “Estamos lanzando la marca Cupra y si este coche no llega al éxito que debería, tendríamos, en el peor de los casos, que reducir el volumen de los coches de combustible que hacemos en España”, ha subrayado, pues no hacerlo le podría suponer incurrir en multas por el exceso de emisiones de CO2. Otra muestra más de que tanto empeño por la ecología acaba arruinando la economía… y ojo, porque afectaría a la planta de Seat en Martorell (Barcelona) que cuenta con unos 12.000 empleados.
Unas advertencias de Griffiths que son para tener en cuenta y que llegan tras los buenos resultados semestrales de Seat, y en los que ha contribuido el impulso de Cupra. Las hizo el martes 3, el mismo día que su relevo en la presidencia de la Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), Josep María Recasens, tuvo su primer encuentro con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y días después de que se conociera que el desastre del coche eléctrico se agrava en España porque sus ventas han caído un 25% en agosto y en el conjunto de los ocho primeros meses, han descendido un 2,66% hasta agosto, a 37.076 unidades, y sólo tienen una cuota del 4,6%. Recuerden que Griffiths dimitió como presidente de Anfac por la “inacción” del Gobierno Sánchez y de sus falsas promesas sobre el coche eléctrico. Ahora ha vuelto a insistir en que le preocupa que el mercado eléctrico no arranque en España y ha pedido al Gobierno incentivos fiscales reales en el momento de compra “y no el Moves actual, que no funciona”, porque “las ayudas que necesitamos no deben ser parches”, y también ha urgido a que se acelere la creación de una infraestructura de carga que elimine las dudas al consumidor.
Por cierto, todas estas declaraciones de Griffiths han tenido lugar cuando se presentaba el Cupra Terramar, un nuevo modelo que se lanzará en versiones de combustión e híbridas (incluyendo una híbrida enchufable) pero ninguna 100% eléctrica, por ahora, y que costará unos 38.500 euros. Se ha presentado en el marco de la Louis Vuitton 47ª America's Cup, la mayor competición mundial de vela que se está celebrando en Barcelona.