Maarten Wetselaar, desde Davos (Suiza), y Jorge Paradela, desde Málaga, han coincidido en avisar al Gobierno Sánchez sobre los proyectos de hidrógeno verde (que aún es una ruina y no es rentable) que se podrían desarrollar en España. En concreto, han referido que no serán realidad si continúa el impuestazo energético.
El CEO de Moeve (antes Cepsa) ha pedido “más estabilidad regulatoria, fiscal y política”, en una entrevista en Expansión. Por su parte, en un desayuno informativo de Nueva Economía Fórum, el consejero andaluz de Industria, Energía y Minas ha considerado que “es un error” que aún haya un decreto pendiente de convalidación que podría prorrogar dicho tributo que surgió como extraordinario.
Todo esto en vísperas de que el Congreso de los Diputados vote el citado decreto. Como bien dice el refrán español, hasta el rabo, todo es toro. Pero por ahora, parece que ese decreto no saldrá adelante porque el Gobierno no cuenta con la mayoría para hacerlo, frente a la oposición de Junts, PNV, PP y Vox. Recuerden que estos cuatro partidos tumbaron el impuestazo al aprobar la enmienda 54 (presentada por el PP) incluida en el proyecto de ley por el que se crea un nuevo impuesto mínimo para las multinacionales. Sin embargo, ante las protestas de Podemos y Sumar... y para tenerlos contentos, la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús (Marisu) Montero, lideró un paripé y llevó al Consejo de Ministros un decreto con la prórroga del impuestazo... que cuando se vote en la Cámara Baja previsiblemente no saldrá adelante. Pero así Marisu siempre podrá decir que el Gobierno Sánchez ha hecho todo lo posible y que los malos son los nacionalistas de derechas (Junts, PNV), los de derechas (PP) y los de “ultraderecha” (Vox) porque no le han dejado aprobarlo.
Volvamos a Paradela, quien ha supeditado el futuro del denominado Valle del hidrógeno verde a la retirada del impuestazo. En este sentido, ha subrayado que la inversión de 3.000 millones de euros anunciada por Moeve en Huelva y Algeciras (Cádiz) “ha estado en claro riesgo y todavía la incertidumbre no está del todo despejada debido al impuestazo”.
Por su parte, Wetselaar ha referido que dicho tributo les supone 250 millones más al año en impuestos, lo que afecta a su capacidad de inversión y de financiación a la hora de obtener préstamos bancarios, y también ha lastrado los resultados económicos en diversos periodos. Asimismo, ha señalado que al hilo del hidrógeno verde, “en la primera fase de esta nueva industria, al igual que pasó con la energía eólica, la solar o los vehículos eléctricos, estos proyectos son económicamente vulnerables, necesitan subsidios y no pueden soportar cargas fiscales extraordinarias”. Además, ha añadido que tienen “una clara preferencia” por comenzar a desarrollar hidrógeno en España, sobre todo en Andalucía, y levantar un centro de moléculas verdes, seguido de la expansión a otros países (Marruecos, Brasil y EEUU, entre ellos) “donde existen entornos fiscales favorables y donde ya tenemos estudios de proyectos”. Esto último no es baladí y menos después de que la naviera danesa Maersk, que aún no ha empezado a producir metanol verde en España, como acordó con el Gobierno, haya dejado el puerto de Algeciras... y lo haya cambiado por el de Tánger (Marruecos).
El CEO de Moeve también ha referido que la energía renovable puede hacer que España gane influencia en Europa y que en este continente no podemos basar la competitividad en energías fósiles que no tenemos. En este contexto, no es baladí la vuelta de Donald Trump a la presidencia de EEUU, y el directivo neerlandés considera que si dicho país “se vuelve más nacionalista, la UE será más vulnerable”, por lo que considera que esta debe transformarse y hacerse más competitiva. En esta línea, se ha pronunciado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, también desde Davos, al tiempo que ha defendido el Acuerdo de París después volviera a retirar a EEUU del mismo. Y por cierto, el CEO de Moeve es muy verde y considera que el cambio climático es el “primer problema a resolver”... otro que, junto a Von der Leyen, debería ver el documental Clima: la película, de Martin Durkin.
Por si lo anterior no bastara, Wetselaar, lógicamente, ha defendido a Abu Dabi... pues su fondo soberano Mubadala es el primer accionista de Moeve. En concreto, ha afirmado que dicho emirato ve en nuestro país una gran promesa de “convertirse en una superpotencia europea de energía verde” y que “si el entorno inversor es constructivo, creo que querrán aumentar su participación”. De hecho, no sólo están presentes en Moeve, sino que también compraron una cartera de plantas fotovoltaicas a Endesa y la empresa de renovables Saeta Yield. Eso sí, a pesar de que Weselaar haya referido que Abu Dabi “ha sido un inversor leal y constructivo en España”, esto se puede poner en duda con lo que ocurrió ante el intento de la emiratí Taqa para entrar en Naturgy: llegó a un acuerdo con Criteria-Caixa... que se frustró cuando se descubrió que los emiratíes sí querían mandar en la energética que dirige Francisco Reynés. No olviden que Abu Dabi no tiene problemas de dinero gracias a los petrodólares... por mucho que el CEO de Moeve prefiera las energías verdes a las fósiles, y entre las primeras apueste por el hidrógeno verde (incluido entre los objetivos imposibles de cumplir del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima -PNIEC- del Gobierno).