La noticia es que Yolanda Díaz ha lanzado a sus inspectores de trabajo a la caza de los pérfidos empresarios que abusan del fraude en el empleo a tiempo parcial: ¡A por ellos!
Para la líder del grandísimo proyecto Sumar, lo más parecido que ha surgido en la etapa democrática al Movimiento Nacional de su paisano, Francisco Franco (no somos un partido, somos un proyecto), los inspectores de Trabajo, a los que maltrata bastante, son un cuerpo de intervención rápida destinado, no a asegurar que empleadores y empleados -ambos- cumplan con sus deberes contraactuales sino, comandos que atemoricen a los empresarios, todos ellos unos cabrones de mucho preocupar.
Como bien dice Juan Bravo, Sánchez no crea empleo, lo reparte. Es decir, el Sanchismo consiste en el reparto de la miseria. Las horas trabajadas en España en 2023 aún son menos que las trabajadas en 2019
Porque claro, el problema es que ella y su colega de operaciones, el ministro de la Seguridad Social, José Luis Escrivá, con una y mil artimañas, han subido los impuestos laborales, sobre todo las cotizaciones sociales (recuerden que el IRPF también es, vía retenciones, un impuesto laboral) y han forzado al emprendedor, sobre todo al pequeño, a utilizar la picaresca de hacer contratos indefinidos -¡muera la temporalidad, oh sí!- pero a tiempo parcial... que a veces no es tan parcial.
Un fraude que, como el de los autónomos, ella misma y el cambiante Escrivá, han provocado con su subida de las cotizaciones sociales, de las que encima presumen. En lugar de aligerar la nómina de impuestos han aumentado los impuestos de la nómina y reducido la posibilidad de despidos, con lo que en España de hoy es más fácil desprenderse de la esposa que del empleado, es más fácil divorciarse que despedir.
Lo peor es que el engaño cuela porque quien hizo la ley -la reforma laboral- hizo la trampa. Y ahora la CEOE está pillada, pues votó a favor de la reforma laboral de Díaz
Hoy, el problema del mercado laboral español no es la temporalidad, sino el contrato a tiempo parcial... por mor de la maravillosa legislación laboral de Yolandísima.
Como bien dice el popular Juan Bravo -que tampoco dice mucho bueno, se lo aseguro- Sánchez no crea empleo, lo reparte. Es decir, el Sanchismo consiste en el reparto de la miseria. Las horas trabajadas en España en 2023 aún son menos que las trabajadas en 2019, con las cifras de empleo de marzo. Pero como se han creado empleos menos empleos oficialmente precarios (precarios no en el tipo de contrato, pero sí en el número de horas trabajadas) Sánchez, Calviño, Díaz y Escrivá tienen el rostro pétreo de hablar de crecimientos históricos del empleo. Es más: 'el Bolas' -don Félix Bolaños, ministro de Presidencia, otro gran hombre- sigue con sus trolas: Feijóo, sé patriota y di que el Gobierno lo está haciendo muy requetebién.
Yolanda Díaz emerge como lo que es: una comunista dictatorial, con sonrisa eléctrica, que merma la productividad y destruye empresas... y las ganas de crearlas
Lo peor es que el engaño cuela porque quien hizo la ley -la reforma laboral- hizo la trampa. Y ahora, hasta la CEOE está pillada, pues votó a favor de la reforma laboral de Díaz, en uno de los grandes episodios de Antonio Garamendi, ese hombre.
Para entendernos: Yolanda Díaz emerge como lo que es: una comunista dictatorial, con sonrisa eléctrica, que merma la productividad, el gran problema de España, que destruye empresas y hasta las ganas de crearlas y que, encima, presume de crear empleo. Pero, miren por dónde, mientras se consiguen cifras récord de empleo, las colas del hambre continúan creciendo a pesar de los éxitos de Yolanda. Para mí, que los que piden alimentos en las iglesias o en el banco de alimentos, son, todos, unos fascistas.