La noticia que publica este viernes Expansión -Zegona planea comprar Vodafone España- no es positiva -tal vez sí lo sea para Zegona-, porque se trata de una operación especulativa pura y dura -comprar barato y vender caro-, que no aporta nada ni a la sociedad española ni al sector telecos.
Sería la tercera operación especulativa de este fondo británico con telecos de nuestro país. En 2015 compró Telecable por 640 millones de euros para, cuatro años después, convertirse en el primer accionista de Euskaltel que, junto al resto de accionistas, vendió a MásMóvil en 2021 por 2.000 millones de euros, más la deuda de 1.500 millones.
Vodafone España, dirigida desde abril por el portugués Mário Vaz, está en “revisión estratégica” desde el mes de mayo, tras ser incluida en el clúster europeo, junto a otras filiales como la de la República Checa, la griega o la irlandesa. En otras palabras, Vodafone España está en un momento clave, con la cuenta de resultados en clara mejoría -los ingresos cayeron un 2,3% en su primer trimestre fiscal, frente al -4,2% del trimestre anterior, pero con una constante pérdida de clientes, como le sucede, por otra parte, a las otras dos grandes telecos, Telefónica y Orange.
Los problemas de Vodafone comenzaron en 2014, cuando compró ONO por 7.200 millones de euros. Con el paso del tiempo se fue demostrando que el cable no era, ni mucho menos la mejor opción, y Vodafone ha tenido que invertir cientos de millones de euros adicionales para sustituir ese cable por fibra óptica.
Pero volvamos a Zegona que, la verdad, si todo lo que tiene que ofrecer es este tipo de operaciones, lo mejor es que no la lleve a cabo, ni en solitario ni en compañía de otros. No estamos hablando de una inversión directa, que crea industria, puestos de trabajo, etc., sino de una inversión de cartera que sólo busca rentabilidad financiera. Ni aporta nada a la sociedad española ni al sector en nuestro país, como hemos señalado antes y es importante insistir. En lugar de vender la compañía a un fondo, tiene más sentido vender red o fibra, algo que ya están haciendo las telecos en general.
Todo esto sucede mientras Bruselas estudia la fusión Orange-MásMóvil, una operación a la que la durísima Margrethe Vestager, comisaria europea de Competencia, quiere imponer unas condiciones (‘remedies’) draconianas y, de paso, convertir a Digi en el cuarto operador convergente. El objetivo es que el mercado español continúe con el modelo actual, a pesar de las voces críticas… del propio sector, principalmente Orange y Telefónica, las únicas que, junto a Vodafone, invierten en red. Zegona no dará el paso hasta que Bruselas dictamine sobre Orange-MásMóvil, pero ese dictamen está próximo.