La frontera de Ceuta registró ayer uno de los mayores saltos de inmigrantes hasta la fecha. Un grupo de 850 personas rompió con una sierra radial el alambre de espino de la valla fronteriza y se enfrentó a las fuerzas de seguridad españolas con cubos de cal viva, lanzallamas caseros, palos, cizallas y cócteles molotov. Unos 600 inmigrantes lograron traspasar la frontera, tras más de una hora de batalla campal y algunas expulsiones 'en caliente'. Los servicios de emergencia atendieron a 132 inmigrantes, algunos de ellos con cortes de las concertinas - según reflejan los diarios- y a 22 guardias civiles contusionados, con quemaduras o problemas respiratorios. Los periódicos coinciden en que se "agrava la crisis migratoria" y "asistencial", con "servicios saturados".
Mientras, los presidentes de España y Francia, Pedro Sánchez y Emmanuel Macron, reafirmaron ayer tras su reunión en el Palacio de La Moncloa su alianza para encarar el desafío migratorio en la UE y facilitar una mayor integración de los países comunitarios, lo que se plasmó en un documento de ocho puntos. El texto destaca que la cooperación mutua y de toda la UE con los países del sur es "un requisito sine qua non para construir un modelo migratorio basado en la solidaridad y el respeto a los derechos humanos". Sánchez se ofreció a convocar un encuentro de ministros europeos sobre inmigración, iniciativa recogida en el documento.