La cuenta atrás para las elecciones generales del 10-N ha comenzado y con el ambiente movido en Cataluña desde el pasado 14 de octubre, cuando se conoció la sentencia del ‘procés’. Y los Comités de Defensa de la República (CDR) parecen dispuestos a hacerse notar: de hecho, su objetivo es paralizar 300 colegios electorales y forzar nuevas elecciones.
Uno puede pensar lo que quiera de los independentistas catalanes pero no debe dudar de su capacidad de organización y movilización. Y si no que se lo digan a los agentes de la Policía Nacional y a los Mossos d’Esquadra que llevan sufriendo sus “protestas pacíficas” (como las califica Quim Torra) desde el pasado 14 de octubre: estas han incluido lanzamientos de adoquines, bolas de acero, ácido, cócteles incendiarios, canicas, etc., así como quema de contenedores y coches, pintadas, señales arrancadas.
¿Y el CNI? Ni se entera… como le pasó el famoso 1-O de 2017
Y en el caso de que los CDR logren su objetivo de paralizar 300 colegios electorales, puede que esto no repercuta en los resultados, pero sí en la imagen de España en el exterior, que quedaría por los suelos… y más si se tienen que repetir las elecciones de forma parcial en esos 300 colegios. Eso sí, parece que los CDR no podrían provocar que se repitieran las elecciones en su conjunto porque 300 suponen una cantidad pequeña, teniendo en cuenta que en la cita con las urnas del 28-A hubo 60.038 mesas electorales, distribuidas en 23.196 locales de todo el país.
¿Y el CNI? Parece que ni está ni se le espera, porque la inteligencia nacional española no se entera de nada últimamente en el caso catalán. Y si no recuerden, cómo le pasó inadvertido el referéndum ilegal del famoso 1-O en 2017. Ahora ya no está al mando Félix Sanz Roldán, quien dejó el puesto el pasado 5 julio: su entonces número dos, Paz Esteban, asumió sus funciones de manera temporal hasta que se forme un nuevo gobierno.