La libertad de enseñanza es uno de los cuatro principios no negociables que explicita Benedicto XVI en Sacramentum Caritatis (vida, familia y bien común son los otros tres) y que, por tanto, debería tener muy en cuenta cualquier católico a la hora de votar. Y la mejor manera de garantizar esa libertad no es la educación concertada sino implantando el cheque escolar.
Ya lo hemos explicado en alguna ocasión: la enseñanza pública supone darle el poder sobre nuestros hijos a los funcionarios. La enseñanza concertada supone otorgarle ese poder a los empresarios, con el visto bueno del Gobierno, naturalmente, siempre dispuesto a apretarle las clavijas si no se pliega a sus requerimientos. Lo hemos visto, por ejemplo, con la educación diferenciada. El cheque escolar, sin embargo, supone darle el poder a los padres que son, en definitiva, los sujetos de derecho de la libertad de enseñanza.
El hecho de que Vox sea el único partido que incluye el cheque escolar en su programa reafirma el carácter progre del resto de formaciones, el PP de Pablo Casado incluido
Así las cosas, el hecho de que Vox sea el único partido que incluye el cheque escolar en su programa reafirma el carácter progre del resto de formaciones, el PP de Pablo Casado incluido.
El partido de Santiago Abascal defiende la vida -otro principio no negociable, según Benedicto XVI- “desde la concepción hasta la muerte natural”. Ahora bien, en su programa no propone la derogación de la ley del aborto, primera medida y más urgente que debería adoptar un gobierno que sea realmente provida.
Y otro error: justo cuando tres de los cinco partidos proponen la legalización de la eutanasia -el PP mantiene silencio-, la formación de Abascal ni siquiera lo menciona en su programa. Lo mismo ocurre con el matrimonio homosexual: ni una palabra.