- En toda España, es más fácil que el PSOE pacte con Podemos que el PP con Ciudadanos.
- Y es que C's no se comprometerá con nadie.
- Acuerdos puntuales: Rivera juega a Generales.
- Hay que reconocerle a Aguirre que es la única pepera que sabe hacer una campaña: pateándose la calle.
- E intentando paliar el cabreo nacional con el PP.
- Pero no nos engañemos: enfrente, el insensato de Sánchez está dispuesto a recrear el Frente Popular anti-PP.
- Y al insensato de Rivera sólo le preocupa su carrera política.
- Ahora bien, lo que ocurre hoy en Madrid es lo que ocurrirá en toda España mañana.
El
2 de mayo, fiesta de la
Comunidad de Madrid que hasta en eso constituye el centro de España: no celebran, como los catalanes, una derrota frente al español sino el comienzo de una
victoria frente al francés. Lo bueno que tiene Madrid es que es, en verdad,
capital de España. Lo malo es que como capital tiende a
exterminar a lo pequeño, a toda la periferia, no entendida como nacionalidades sino como ciudades y provincias –entidades pequeñas, por tanto, adecuadas al ser humano- en nombre de un
racionalismo centralista siempre peligroso. Vamos, que el problema de este Madrid en fiestas, espléndida ciudad mestiza donde ningún español se siente extraño, es que se
jacobinice: que aplaste a lo pequeño en nombre de la eficiencia.
Ahora bien, lo que ocurre en Madrid hoy es lo que ocurrirá en toda España mañana.
Y aquí pasamos a las elecciones autonómicas y municipales en Madrid.
Encuestas del Partido Popular, esas que Moncloa, no Génova, reparte entre los medios y niega a sus propios dirigentes territoriales: en el
Ayuntamiento ganará
Esperanza Aguirre (
en la imagen), pero necesitará apoyos para gobernar y no es seguro que los consiga.
En la
Comunidad ganará el ex ministro socialista,
Ángel Gabilondo, cuyo estilo sobrio y muy educado, esconde una radicalidad maliciosa de
ex cura. Pero la política, desgraciadamente, son formas y, en cualquier caso, el error de
Rajoy y
Soraya de nombrar a una termita inconsistente, como
Cristina Cifuentes, para la Comunidad, significa que es
el partido quien deberá ayudar a la candidata, no la candidata al partido, como ocurre con Aguirre.
Pero se trata de
mayorías exiguas, de simples 'listas más votadas'. Y lo cierto es que Esperanza lo tiene difícil, muy difícil. Su alianza natural,
Ciudadanos, no quiere pactos estables con ninguna formación. Sabe que lo suyo es no mancillar su
inmaculada imagen (¡Qué bajo hemos caído para que Ciudadanos tenga una imagen inmaculada!) con
pactos puntuales para no irritar a los cobardes de C's irritados con el PP. Pero
Albert Rivera juega a
Generales, no tiene estructura para Municipales y Autonómicas y lo que anhela es
La Moncloa, no la Comunidad ni el Ayuntamiento de Madrid ni de ningún otro sitio.
Y eso representa un serio problema para el PP, porque el insensato de
Pedro Sánchez –tu cabeza es hermosa, pero sin seso- con tal de tocar poder y de laminar a Rajoy es partidario del
Frente Popular (PSOE, IU, Podemos).
¿Y
Podemos? La burbuja se desinfla, ciertamente, pero poco a poco.
Pablo Iglesias ha iniciado la purga estalinista antes que Stalin, antes de alcanzar el poder. Lo que significa lo siguiente:
no ha sabido administrar su éxito en las Europeas, ha tenido un acceso de soberbia similar al de Mariano Rajoy y ahora, como buen
neocomunista que es, busca el pacto con los comunistas de viejo cuño (
Izquierda Unida) y con el tronco madre del comunismo, que es el socialismo del
PSOE.
Por tanto, el PP se enfrenta sólo al
Frente Popular. El partido de ida se juega en Madrid.
¿Y el
voto de los católicos y, en general, el llamado voto en valores? Pues los católicos a
votar en conciencia a partidos que no pueden ganar. Es lo que toca. Los
cuatro partidos que hoy se disputan el poder, y que volverán a ser dos tras la siguiente legislatura,
como bien pronostica Antonio Camuñas en Hispanidad,
atacan, los cuatro, a los
principios cristianos. Para el católico, hay que empezar de cero, en cualquier caso, ser coherente a la hora de votar.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com