Decía Borges que los peronistas no son ni buenos ni malos, son incorregibles.
Decía Bismarck que el pueblo más fuerte del mundo era el español porque había sobrevivido como nación con la caterva de dirigentes más impresentables de la historia moderna.
Italia compite con Argentina y España. Decía Mussolini que gobernar a los italianos no es difícil, es inútil.
Pero los tres ‘analistas’, conocidos por su capacidad para pegarse con todos sus vecinos -de los tres, el más crítico era Jorge Luis Borges-, especialistas, en suma, en guerracivilismo, nunca olvidaron que las peleas en el interior de Occidente, no ocultaban que eran peleas entre hermanos, en el seno de una misma civilización cristiana. Sabían que el verdadero enemigo estaba en Oriente. Y así, Mussolini decía que el comunismo era el enemigo próximo pero que lo temible era el mundo oriental, centrado hoy en China pero mucho más amplio, y sin olvidar nunca a la peligrosa India.
Y miren que en aquel momento aún estamos hablando de colonias.
El panteísmo resulta el veneno más cruel de la historia, porque en su universo no existe el quién, sólo un qué
Mussolini tenia razón. Ël era un cristiano ateo, que había mamado de la civilización pagana cristianizada, y percibía el peligro oriental, el veneno más cruel de la historia, porque en él no existe el quién, sólo un qué.
Pero no hay que ir más allá: sólo quería comentarles que Borges, Bismarck y Mussolini se hubieran visto sorprendidos cuando, en 2020, en Occidente no se atreven a llamar chino a un virus nacido en China sin que el Gobierno chino informara de nada, virus del que parece que han conseguido el antídoto antes que nadie.
Un país que, además, ha conseguido casar comunismo político y capitalismo económico. Lógico, porque son dos ramas del mismo árbol de absoluto desprecio por el individuo, pero sólo los chinos, en su inefable sabiduría, han logrado casarlo en teoría… en la práctica, socialismo y capitalismo ya eran matrimonio desde hacía décadas.
De lo que nadie puede hablar en Occidente es del virus chino. Eso es populismo fascista
Y todo ello mientras Occidente despotrica, no contra los chinos, sino contra el fantasma del ‘fascismo occidental”. De lo que nadie puede hablar en Occidente es del virus chino. Eso es populismo fascista.
Este año 2020 es el año del 'joio' virus chino.