La cuenta atrás para las elecciones europeas del 26-M va llegando a su fin, pero se sabe poco de los programas de los partidos en lo que a energía se refiere. Eso sí, hay algo claro: nadie quiere la energía nuclear, ni en España ni en Europa, a pesar de que contribuye a la lucha contra el cambio climático (¡lo dice hasta la ONU!).
Tanto España como Europa también pasan del hecho de que la nuclear emplea a más de 1,1 millones de personas y genera más de 500.000 millones de euros de PIB anual en la Unión Europea (UE), según un informe elaborado por Deloitte para la patronal nuclear europea, Foratom (ver documento adjunto). Asimismo, la consultora señala que de cara al horizonte 2050, si se mantienen los 140 gigavatios (GW) de capacidad instalada (es decir, 140.000 megavatios -MW-), la industria nuclear fomentaría más de 1,3 millones de puestos de trabajo al año, aportaría 576.000 millones al PIB anual y elevaría los ingresos fiscales de la UE en 110.200 millones anuales. Por tanto, esta energía fomenta el empleo y el crecimiento económico europeo, algo que los partidos no quieren ver.
Si se mantienen los 140.000 MW de capacidad instalada, la industria nuclear elevaría los ingresos fiscales de la UE en 110.200 millones anuales
Deloitte defiende que “la tecnología nuclear lleva más de 60 años aportando a Europa electricidad de manera fiable, estable y con bajas emisiones”. Pero llama la atención que nadie la quiera porque diez de los 15 países con mayores aportaciones de esta energía limpia en sus sistemas eléctricos se encuentran en la UE, según Foro Nuclear: Francia, Eslovaquia, Hungría, Suecia, Bélgica, Eslovenia, Bulgaria, República Checa, Finlandia y España. Conviene destacar al vecino país galo, porque la nuclear produce el 71,67% de su electricidad gracias a sus 58 reactores operativos y además, está construyendo otro más actualmente.
Como saben, en el caso de España, la aportación fue del 20,39% de la electricidad en 2018. Pero al Gobierno Sánchez (ahora en funciones), que aspira a ser el más 'verde' de todos gracias a la ministra Teresa Ribera, le da igual esto porque ha acordado el cierre progresivo de los siete reactores que están operativos entre 2027 y 2035, algo que podría provocar la pérdida de 28.000 empleos.