Pablo Casado se lía con el Salario Mínimo (SMI). Afirmaba la mañana del miércoles que lo bajaría hasta los 850 euros para 2020 y, al poco rato, acusaba a los medios de difundir noticias falsas. Más tarde, asistía como invitado al foro ABC-Deloitte donde ha detallado que “difícilmente se puede bajar algo que ya está aprobado”, para explicar a continuación que, de llegar a Moncloa, hablaría con los sindicatos y las patronales. Además, respetaría las subidas del SMI -del 4% y del 8%- que tuvieron lugar bajo el mando de su partido. No ha dicho nada de dejarlo donde está.
El líder del PP intenta quitar hierro al asunto centrándose en otros temas: cifra su bajada de impuestos en 16.000 millones de euros que se compromete a “dejar de recaudar”. Ofrece un plan de cuentas “para este momento” que suponga la racionalización del gasto. Y es que, afirma, el PSOE “está subiendo masivamente los impuestos”, lo contrario que plantean los de su equipo.
Casado no contempla pactar son Sánchez, sino con Ciudadanos… de Vox ni habla, aunque puede resultarle imprescindible
Mientras, Pedro Sánchez utilizaba la metedura de pata de Casado con el SMI en su favor, el popular repetía que el presidente “miente”. Y es que Pedro y Pablo no se llevan... del todo bien: Casado arremetía contra el socialista, aliado de “proetarras” y separatistas. El PSOE ha quedado “deslegitimado para recibir al PP [tras las elecciones]”; “Sánchez es el presidente más radical que ha tenido la historia de España”, añadía. Y es que no quiere pactar con él incluso para impedir que los separatistas no tengan poder en el Congreso. Un golpe duro para los masones, que tienen a la unión entre PSOE, Cs y PP como su favorita.
Según el CIS de marzo, el PP se encuentra en horas bajas, Casado no ha tardado en defenderse: “Con un 40% de indecisos es imposible hacer predicciones”, además, “las encuestas siempre se equivocan con el PP”. Por mucho que mire para otro lado, el declive del partido es una realidad, a diferencia de lo que ocurre con Vox. No obstante, el líder tiene respuestas para todo: “un votante de Vox no tiene ninguna razón para no votar al PP”, que entre lo que aportan sus rivales destaca las “ideas radicales”. Fuera de esto, se olvida del partido, a quien ni siquiera menciona como una opción para futuras alianzas, entre las que solo cuenta con los de Albert Rivera.
Considerar al feto como a un miembro más de la familia le parece “muy positivo”, igual que volver a la ley del aborto del 85 que causó 100.000 muertes anuales
Esto último resulta curioso, ya que después del auge de Vox los populares se ha preocupado por endurecer sus propuestas, creando la falsa imagen de vuelta a sus principios. Ahora abogan por una “cultura de la vida” -cuando el propio Casado ha declarado sus intenciones de volver a la ley del aborto del 85, la misma que llegó a causar más de 100.000 muertes anuales-. Así, la propuesta de Isabel Díaz Ayuso de considerar al feto como a un miembro más de la familia le parece “muy positiva”. Un pequeño apunte, si le parece bien es porque es útil, pues ayudaría a las familias que quieran matricularse en ciertos colegios, no por nada más. Resumiendo: aunque quiera dar esta impresión, Casado no es provida. Ni él, ni su partido.