- Su relación es "muy profesional", aseguran en Moncloa. Es decir, gélida.
- Rajoy no la degradará. Soraya dejará de conspirar y esperará su turno.
- Sólo hay un cabeza de cartel posible en el PP para el gran año electoral: Mariano Rajoy.
- Además, el juez Ruz no imputa a Rajoy, 'sólo' al Partido Popular. Aunque todavía puede dar la sorpresa.
- El miedo espabila a Rajoy pero no le cambia: centrorreformismo hasta el final. Es decir, derecha pagana, neocon. Justo donde Soraya se encuentra a gusto.
- Mariano y Soraya sólo creen en ejercer el poder y mantenerse en ese poder el mayor tiempo posible
- Pero conste que la vicepresidenta continúa en campaña para ser presidenta, aunque tenga que esperar otros cuatro años.
Rajoy (en la imagen junto a Soraya Sáenz de Santamaría) tiene miedo. Las encuestas electorales van de mal en peor y Pedro Arriola, asesor áulico muy recomendable, continúa en su línea: no acierta ni una. En Andalucía se la van a pegar y en las autonomías y municipales de mayo la irrupción de Ciudadanos es mortal, tan mortal como la de Podemos para IU y PSOE. Y lo peor: los españoles no le entienden. Con lo que el PP ha hecho por ellos y siguen sin aplaudir su apasionante política económica, asombro de Europa.
Total, que, aunque no se fía un pelo de su segunda, la ambiciosa vicepresidenta Soraya, ambos han firmado un pacto de no agresión: están obligados a entenderse. Rajoy no degradará -y mira que ha estado tentado, incluso días atrás, con el lío del ático de Ignacio González, pero ahora sabe que le necesita. Soraya, a cambio, dejará de jugar a yo-soy-la-única-no-salpicada-por-la-corrupción-en-todo-el-PP- y dejará de esperar la imputación de Rajoy por el juez Ruz en el caso Bárcenas para convertirse en la alternativa a Mariano y en la candidata de Angela Merkel para España. Ahora el único cabeza de lista es Mariano.
Ahí es cuando surge, precisamente, el juez Pablo Ruz. Culmina la instrucción de la Gürtel aunque no acaba de dejar muy claro el apartado Bárcenas. En principio parece que va con él, dado que no ha hecho alusión a los sobresueldos en negro (esto es lo que preocupaba a Rajoy y por lo que podía ser imputado) y se ha conformado con cebarse en los árboles caídos del tipo Correa, Bárcenas y compañía, sin tocar la cúpula del partido. Insisto, todavía podría haber sorpresas pero después de lo de esta semana cabe pensar que no.
¿El pacto Rajoy-Soraya es de corazón? ¡Venga ya! Como dicen en Moncloa a este diario, "su relación es muy profesional". O sea, gélida como un cubo de hielo, ceñida a lo que se trata y no a quién lo trata.
Además, ambos son neocon, es decir, derecha pagana, y eso une mucho, Soraya es neocon desde que se inició en política, progresista: Mariano ha ido convirtiéndose en neocon a medida que medraba en su carrera política. A más poder, más derecha pagana. Ninguno de los dos tiene convicciones firmes sobre ningún principio no negociable. Mariano y Soraya sólo creen en ejercer el poder y mantenerse en el poder el mayor tiempo posible.
Encima, esta semana vencida ha ocurrido lo que el presidente del Gobierno más esperaba y lo que su segunda, Soraya Sáenz de Santamaría, no deseaba en modo alguno. El juez Ruz ha terminado la instrucción de la Gürtel. Por cierto, curiosísimo: hemos pasado de un PP deseoso de quitarse de en medio a Ruz a un PP empeñado en que sea Ruz quien termine la instrucción de Gürtel, de Bárcenas y de todo lo 'instruible'.
En primer lugar, porque no ha imputado a Rajoy, que es lo que se trataba de evitar. En segundo lugar, porque ha imputado al partido pero no a su presidente desde hace más de 12 años. Campeón, Ruz, que eres un campeón.
Y encima, ahora, tras suspirar por el cambio, puede venir un ex alto cargo socialista, más ideologizado que Ruz, de nombre José de la Mata. El ministro de Justicia, Rafael Catalá, encargado de echar a Ruz de la Audiencia Nacional, se puede apuntar un tanto… en propia puerta.
En cualquier caso, cuidado que Ruz todavía podría dar una sorpresa con el 'sub-caso' Bárcenas. A lo mejor, no terminar la instrucción y dejársela a De la Torre.
Es igual, por el momento, Rajoy y Soraya son amigos. A la fuerza ahorcan.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com