La energética germana RWE ha reducido un 22,6% el beneficio en el primer semestre, hasta 683 millones. Se repite así la misma tendencia de la otra grande, E.On -redujo beneficios un 30%-, con la que se ha repartido el mercado energético alemán mediante un intercambio de activos que supondrá la creación de dos monopolios.
La razón del resultado está en las transacciones pactadas con E.On, que evolucionan positivamente según el consejero delegado, Rolf Martin Schmitz. Quita hierro así a los resultados semestrales, en línea con los objetivos marcados para lograr una “cartera de activos aún más amplia y sólida”. Las cifras, sin embargo, no son buenas: el Ebitda cae un 21,4%, hasta 1.100 millones, tras un recorte en los ingresos del 8,6%, hasta 6.827 millones.
Las cifras, sin embargo, no son buenas: el Ebitda cae un 21,4%, hasta 1.100 millones, tras un recorte en los ingresos del 8,6%, hasta 6.827 millones
Con el reparto de cromos entre RWE y E.On pretenden especializarse en negocios distintos, la primera en producción de energía, convencional y renovable, y la segunda, en comercialización y distribución de energía y redes. Por eso RWE compró a E.On su participación en Uniper (renovables y gas) y la red de gas en Hamburgo, y le vendió Innogy, su el negocio de renovables, redes y distribución de RWE.
El revés para RWE se concentra sobre todo en el segundo trimestre, con una pérdidas de 458 millones de euros, frente al beneficio anterior de 1.723 millones, sin un recorte del 11% de los ingresos (2.805 millones).