- Los diez hedge funds comprometidos en el rescate aportarán 515 millones de dinero nuevo de los 1.169,5 millones en total.
- Pero, más importante, se desconoce en qué condiciones, de los que depende la asfixia financiera del grupo.
- Eso sí, su aportación está garantizada con los activos más valiosos como Atlantica Yield o el Tercer Tren (México).
- Se confirma el vuelco en el accionariado: 50% para fondos y bonistas, 40% para los acreedores, 5% para avalistas y el 5% para los propietarios.
- Los avales bancarios (307 millones) los ponen Santander, Bankia, CaixaBank, Popular y Crédit Agricole.
- Por cierto, los acreedores bancarios son lo peor tratados, medido en los costes, riesgos que asumen y quita de deuda.
- Las acciones de Abengoa en bolsa pasan de la euforia (con subidas del 10%) a pérdidas de más del 8%. Por algo será.
Ya sabemos, por fin, la letra gruesa del acuerdo entre los
hedge funds y los acreedores para salvar
Abengoa. Fue firmado de madrugada (del miércoles) y
comunicado poco después a la CNMV. Y digo la letra gruesa, a falta de los detalles que esa nota no aclara y de los que depende la
viabilidad del grupo tecnológico andaluz. No olviden que hay una plan de reestructuración en marcha, pero el futuro con el que puede sobrevivir una Abengoa
jibarizada no está escrito.
El plan, en cualquier caso, deberá ser respaldado por el 75% de los acreedores financieros, como marca la
Ley Concursal, homologado por el juez, y aprobado en una junta extraordinaria de accionistas. Es el único modo de salir de la amenaza del
concurso tras la prórroga de siete meses dada por el Juzgado de lo Mercantil para evitar la
quiebra.
Las reacciones más inmediatas han tenido dos focos: la
bolsa y los trabajadores de la empresa. En el mercado -algo se olerá de la incertidumbre, aunque no se fíen de las fiebres de los especuladores-, los valores han pasado de un extremo a otro: de subidas superiores al 10% en la apertura a las pérdidas posteriores por encima de 8%.
Entre los
trabajadores, el 95% han secundado los paros parciales convocados para este jueves porque no aceptan los términos de los
expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE), ni el impago de la paga extra de julio. En otras, les ha dado igual el acuerdo de refinanciación definitivo.
Según ese plan, Abengoa recibirá 1.477 millones de euros, de los cuales 1.169,5 los aportan diez
hedge funds, que incluyen
515 millones de dinero nuevo -para remediar, entre otras, las necesidades inmediatas de liquidez- y el resto para la refinanciación de los créditos.
El vuelco en el
accionariado que eso se supone que es enorme, aunque es un dato que ya se conocía. En concreto, los diez
hedge funds y los
bonistas tendrán el 50% de Abengoa -aunque puede que no llegue a tanto-, y los antiguos propietarios -la familia
Benjumea y los sufridos pequeños inversores, unos 50.000- pasarán del 50% al 5%. El resto se reparte entre los
bancos (40% o ligeramente por encima), que cargan con el peso de unos 8.000 millones de la
deuda antigua, y el último 5% se lo repartirán los avalistas.
Los diez fondos que han firmado los compromisos son
Abrams Capital, The Baupost Group, Canyon, Centerbridge, D. E. Shaw, Elliott Management, Hayfin Capital, KKR Credit, Oaktree y Värde.
Entre ellos se reparte el pago para cubrir las
necesidades de liquidez a corto plazo o para refinanciar el resto. El primero de esos tramos es el de mayor cuantía, 945,1 millones, con un vencimiento de 47 meses. En ese tramo está incluida la refinanciación de los
créditos a Abengoa entre diciembre de 2015 y marzo de este año (106 y 147 millones).
La pregunta del millón, sin embargo, es en qué condiciones, que pueden condicionar el futuro de la tecnológica, al margen del valor de sus activos. Recuerden que las primeras aportaciones de los fondos y de los bancos acabaron con una carga financiera del 25%.
Respecto a los avales bancarios, que suman 307 millones, los pondrán las entidades que forman parte del comité negociador:
Santander,
Bankia,
CaixaBank,
Popular y
Crédit Agricole.
Ahora bien, los mejor tratados en el acuerdo son los fondos de riesgo, en detrimento de los bancos acreedores. Esos fondos, de hecho, cuyas condiciones de permanencia no están aclaradas, se quedan con las mejores garantías:
los activos más prometedores de Abengoa.
Pongan ahí el
Tercer Tren (AT3), una planta de cogeneración en México que produce electricidad y vapor, que es una de las joyas de la corona; el 40% de
Atlantica Yield, propiedad de Abengoa, que cotiza en el Nasdaq, y el negocio de ingeniería.
La banca acreedora tiene la peor parte. Pueden optar por acudir al rescate o quedarse al margen. Pueden optar por una quita de deuda del 97% o
acudir al rescate, capitalizando deuda, lo que les daría el 40% del capital, conservando el 30% restante de los créditos, que sería refinanciado con nuevos instrumentos, con un vencimiento de hasta seis años. Mucho tiempo.
Rafael Esparza