• La negociación va bien, pero, en el plan financiero, banca, fondos y proveedores deben cerrar flecos.
  • Ahora, bancos acreedores y bonistas riñen por los avales.
  • Y el tiempo corre: quedan 13 días para que venza el preconcurso de acreedores.
  • Aunque Fernández de Piérola ha conseguido que el balón pase a bancos y fondos… que no es poco.
  • Y todo esto es importante… pero sigue sin quedar claro el plan de futuro.
  • Que pasa por volver a la ingeniería y remitir en la energía renovable… que es la que le ha llevado a la ruina.
  • En resumen, reducir los 'project finance' y volverse más modestos.
Para no perdernos, el momento actual en el proceso de reestructuración de Abengoa, dicho de otra forma, lo que se negocia, es lo siguiente. Por un lado, el otorgamiento de una nueva financiación por importe de hasta (entre) 1.500 y 1.800 millones de euros, destinada a liquidez y a circulante, a lo más urgente. ¿Quién lo aporta? En principio, pero ojo, sólo en principio, porque todavía no se ha firmado, por los fondos. Y esta nueva financiación tendrá derecho a obtener, aproximadamente, el 55% del capital social del Grupo. Se habla menos, pero no resulta menos relevante, por lo que ahora diremos, sobre la refinanciación de la línea de liquidez bancaria otorgada en septiembre de 2015 (125 millones de euros) y el préstamo otorgado en diciembre de 2015 (106 MM de euros) en un nuevo tramo de importe total 231 millones de euros. Y, ojo, con un tramo que tendrá en garantía la prenda de primer rango de las acciones de Abengoa Yield, o Atlántica Yield. Y cuidado, en las mismas condiciones, de deuda de primerísima calidad, ergo amortización asegurada, que el tramo de nueva financiación de los fondos. En definitiva, aquí es donde surge un fleco aún no cerrado. Tanto bancos como bonistas quieren tener los mejores avales y no hay avales para todos. En cualquier caso, la refinanciación de la deuda bancaria sería ejecutada por el G7 ICO por el precitado importe vigente actualmente más los costes devengados, entre intereses y comisiones. Nueva Línea de avales por importe de hasta 800 MM de euros destinada a financiar las necesidades de avales técnicos y económicos del Grupo. Los avales se deberán realizar por entidades financieras y entidades aseguradoras. Y, una vez más, los bancos exigen que los nuevos avales posean 'prioridad de rango' respecto a la nueva financiación. En definitiva, bancos y fondos todavía tienen mucho que negociar. Entre ellos y con la empresa. Y el día 28 vence el proceso y podemos entrar en concurso de acreedores. Aunque podría obtenerse una prórroga. Las entidades que participen en esta Línea tendrán acceso al 5% del capital social del Grupo. Vamos con la deuda corporativa: refinanciación del 30% de la deuda corporativa sin garantías reales en un tramo de "Deuda pre-existente" que ascenderá a un total de 2.389 MM de euros. Es lo que se supone que puede abonar Abengoa con su ebitda, deuda sostenible. El 70% de deuda restante se capitalizará (se realizará una quita del 70% de su valor nominal) para convertirse en el 35% del capital social de la Nueva Abengoa. Por el momento, no se ha estructurado cómo se realizará la capitalización pero la banca ha accedido a reducir del 40 al 35%. En plata: una quita aún mayor. Respecto a los accionistas actuales de Abengoa obtendrán un 5% de la nueva compañía y se les otorgará warrants por hasta el 5% del capital social en caso de amortización de toda la deuda existente tras la reestructuración a su vencimiento. Ojo, no antes. Y no por cariño a Felipe Benjumea sino porque, si bien a él no lo necesitas al equipo directivo, su antiguo equipo directivo, sí. El camino es largo, porque hasta aquí hemos hablado de la reestructuración, que no del futuro. Mirar hacia adelante supone, en primer lugar, alejarse un tanto o reducir la importancia de la energía termosolar, que iba a convertirse en la más subvencionada hasta que la reforma Soria cortó en seco el registro. Y la energía termosolar no puede ser rentable por sí sola, al menos, existen dudas razonables sobre ello. Pero no es ese el principal problema de Abengoa: el problema de Abengoa es cómo ser sostenible a medio plazo tras solucionar el agujero financiero. Por de pronto, alejarse del mundo de los project finance. Al menos, que no tengan tanto peso. Volver a la ingeniería que trabaja para terceros y hacerse más modestos, desprenderse de activos. Y ojo, no es tan fácil desprenderse de activos de termosolar ahora que se han reducido las subvenciones públicas (que amenazaban con superar el derroche de dinero público empleado en las fotovoltaicas). En definitiva, volver a ser lo que fue: una ingeniería. Y bastante buena, por cierto. Por cierto, Joaquín Fernández de Piérola sigue contando con la confianza de la banca acreedora. Demasiado pronto para decir si será el futuro conductor de Abengoa. Recuerden que Senén Touza era el Piérola de Pescanova, empresa que pasó por un proceso similar. Parecía que se quedaba al frente y luego la banca, ya propietaria, decidió buscar un fichaje nuevo para una nueva empresa. Pero, por de pronto Piérola ha conseguido que la presión pase a bancos y fondos. No está mal. Eulogio López eulogio@hispanidad.com