- Para sorpresa de los bancos acreedores, el ICO se desdice y rebaja sus exigencias en el crédito de 113 millones a Abengoa.
- El ministro Soria se quita la careta y se contradice sobre sus rotundas afirmaciones a favor de la continuidad del grupo.
- Es más, culpaba a la banca de la falta de acuerdo y ahora es el oficial ICO el que flaquea.
- No obstante, este miércoles, día 23, se firma el acuerdo para salir del paso de la energética.
No ha cambiado nada esencial, pero sí circunstancial, como quien dice, en el último tramo de la negociación entre los
bancos acreedores y
Abengoa. Nos referimos a la aportación del
ICO a la inyección de los 113 millones de euros previstos que necesita el grupo andaluz para
tirar hasta enero.
Para sorpresa de los bancos acreedores, el instituto oficial ha vuelto a su tesis inicial y se ha descolgado de la cifra a la que se había comprometido. En suma, pondrá nueve millones en el rescate, no 20, lo que quería. La
tregua se ha esfumado con el 20-D y sólo ha durado un día. Significativo.
Algo ha cambiado, por tanto, en el escenario de fondo, apenas dos días después de las elecciones generales. La presión que había ejercicio el ministro de Industria,
José Manuel Soria, para que los bancos acreedores buscaran una solución, enflaquece precisamente en la aportación del ICO, que depende del Gobierno (ahora en funciones) .
No obstante, el acuerdo, como estaba previsto, se firmará este miércoles, día 23, y sigue en los mismos términos que les contamos el pasado viernes:
Abengoa sobrevivirá, pero jibarizada. Con ICO o sin ICO, las presiones del Gobierno han podido más para evitar la liquidación de la energética y los bancos han retirado su amenaza de que si el ICO no arriesgaba 20 millones, ellos tampoco los 93 restantes. Sumen y resten para ver la diferencia.
Y a partir de ahí, sigue el plan: el 28 de marzo, un día después de que venza el plazo de preconcurso, presentarán al juez dos documentos: concurso de acreedores y convenio de acreedores. Serán los bancos, así, lo que marcarán el inicio y el final del proceso de una atacada, para evitar el esquema de Pescanova -capitalizar la deuda-, y que se demore en el tiempo. Ya les contamos los detalles. Y al asalto final, los fondos de inversión (asumidas las pérdidas por las partes), pero no para sanear Abengoa, sino para quedarse con la Abengoa saneada.
Rafael Esparza
rafael@hispanidad.com