- La polémica sobre la organización abortista Planned Parenthood entra en la campaña electoral americana.
- Los republicanos quieren retirarle las subvenciones tras destaparse las sospechas sobre la venta de tejidos y fetos abortados.
- Pero Planned se encuentra con una firma aliada, Hillary Clinton, algo que no gusta a otros demócratas como Bernie Sanders.
- Todo tiene una explicación: Planned apoyó con 20 millones la campaña de Hillary y aplaude su "larga trayectoria a favor del aborto".
"Somos ya muy buenos en sacar corazón, pulmón o hígado. No voy a aplastar esa parte, voy básicamente a aplastar más abajo, o más arriba, y voy a ver si puedo tenerlo todo intacto". Estas perturbadoras declaraciones, sobre la
habilidad en la práctica de los
abortos en EEUU, son de la doctora norteamericana
Deborah Nucatola. Así se explicaba, con esa
naturalidad -si es posible utilizar ese término-, ante un interesado en comprar tejidos y órganos de fetos abortados.
Hablamos de un negocio en torno al aborto que mueve millones de dólares en Estados Unidos y que fue motivo de un agrio debate en ese país, en verano, a raíz de la difusión de
cinco vídeos grabados por con cámara oculta por la organización pro vida
The Center for Medical Progress. Pero el debate no ha cesado desde entonces. Ha sido objeto de numerosas manifestaciones pro vida en EEUU (
en la imagen) y se ha
colado finalmente en la campaña electoral.
La organización salpicada por el escándalo,
Planned Parenthood, se convierte ahora en el foco de atención pero por otras razones. Es duramente atacada por los republicanos, que han pedido que se le retiren las subvenciones públicas -en torno a 500 millones de dólares anuales- y es plácidamente defendida por la candidata demócrata,
Hillary Clinton, que no es de extrañar a juzgar por el apoyo explícito que ha recibido de esa organización a su campaña (en fondos y en manifiestos).
Vamos por partes.
La polémica en torno
a Planned Parenthood, una de las organizaciones abortistas emblemáticas de EEUU,
estalló este verano a raíz de los vídeos, grabados en su sede, por The Center for Medical Progress.
En esas grabaciones se escucha decir a la doctora Deborah Nucatola, entre otras
lindezas, que venden esos tejidos y órganos "a un precio razonable", entre 30 y 100 dólares, "dependiendo de la instalación y de lo que implica".
La cuestión saltó a la opinión pública y se armó la que se armó, como es natural. Mírese como se mire, esos relatos, que
pueden ver también con subtítulos en castellano, mostraban, sobre todo, la tragedia de una sociedad como la americana, acostumbrada ya a negar la vida, con el aborto, a millones de niños.
Pero eso es una cosa, lamentable, y otra, también lamentable, que la organización implicada reciba cuantiosas ayudas públicas, sobre todo si hay sospechas de otra realidad más perturbadora todavía: un negocio lucrativo para comerciar con los órganos o las partes
saludables de esos mismos bebés abortados.
A raíz de los videos sobre Planned Parenthood, los republicanos pidieron la retirada de las subvenciones, con propuestas presentadas tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado, pero todas ellas han sido vetadas por el presidente
Barack Obama.
¿Quién se ha convertido ahora, paradójicamente, la gran defensora de Planned Parenthood? Pues Hillary Clinton. Pero no se alarmen, todo tiene una explicación.
Tras el veto de Obama, Planned Parenthood inyectó 20 millones de dólares a la campaña de la candidata demócrata, como publicó el diario
The New York Times.
Y no sólo eso, Clinton fue objeto también de un acalorado apoyo público por parte de esa organización en su página
web. En ese manifiesto, Planned Parenthood ensalza la "larga trayectoria a favor del aborto legal y seguro" de Hillary o se saluda su posible llegada a la Casa Blanca porque es "una campeona de la salud de las mujeres".
Favor con favor se paga, ya me entienden y valiente estupidez, dicho sea de paso, si tenemos en cuenta el contenido de las grabaciones del Center for Medical Progress.
¿Se acuerdan de
Auschwitz? Se repite la historia de las atrocidades nazis, a los que nada detuvo en la experimentación con seres humanos sin cuestionarse la inmoralidad de esas prácticas.
Y ojo, porque el apoyo de Clinton a Planned Parenthood no sólo choca con los republicanos -lógico-, sino que ha encontrado críticas entra las propias filas demócratas. Es el caso del candidato
Bernie Sanders, que ha desautorizado a Clinton por esa cuestión y la ha situado, por ello, en el
establishment de Wall Street. "No sólo ha estado ahí durante mucho tiempo [en referencia a Planned], sino que ha contribuido a la creación de esos grupos".
Rafael Esparza
rafael@hispanidad.com