• La realidad de un drama: cada cinco minutos hay un aborto en España.
  • Junto a enfermedades cardiovasculares y cáncer, es la principal causa de mortalidad.
  • Afecta y mucho a la juventud: más de la mitad de las mujeres que abortaron (49.231) tenía menos de 30 años.
  • Desde 1985, se han registrado 2,1 millones de abortos, invirtiendo la pirámide de población.
  • Consecuencias económicas: más gastos sociales, menos ingresos en la Seguridad Social, peligro para el Estado del Bienestar.

El aborto, además de un drama y un atentado contra el derecho a la vida, destruye capital humano, según refleja el Instituto de Política Familiar (IPF) en un vídeo. En concreto, es un freno para la natalidad, pues los 94.188 bebés asesinados antes de nacer en 2015 representan que un tercio del déficit de nacimientos. Esta cifra supone que cada cinco minutos hay un aborto en España, una trágica realidad. De esta forma, junto a las enfermedades cardiovasculares (117.393) y el cáncer (110.278), el aborto es la principal causa de mortalidad. Además, los abortos que se producen en un año son 134 veces superior a las muertes producidas por SIDA (700), 24 veces más que las causadas por suicidios (3.910) y casi 81 veces más que las provocadas por accidentes de tráfico (1.160). El aborto afecta y mucho a la juventud. En concreto, más de la mitad de las mujeres que abortaron en 2015 (49.231) tenía menos de 30 años. Asimismo, hay que subrayar que de éstas, casi una quinta parte (10.012) eran menores de 20 años. Desde 1985, cuando se legalizó el aborto en España, más de 2,1 millones de bebés han sido asesinados antes de nacer, invirtiendo la pirámide de población. De no haberse registrado una cifra tan alta, ahora tendríamos un millón más de jóvenes que de mayores y no nacerían menos personas de las que mueren, por lo tanto, no se habría reducido y envejecido tanto la población. Pero el aborto no sólo tiene graves efectos demográficos, sino también consecuencias económicas y sociales. Por ejemplo: hay más gastos sociales (pensiones, sanidad, etc.), menos ingresos en la Seguridad Social y peligra el Estado del Bienestar. Cristina Martín cristina@hispanidad.com