El presidente ejecutivo de Indra, Fernando Abril-Martorell, acabó con la trayectoria de Javier de Andrés en la compañía, en diciembre de 2017. De Andrés se convirtió, entonces, en el último consejero delegado, cargo que ocupó durante seis años, la mayor parte de ellos con Javier Monzón como presidente.
De Andrés ya es historia en Indra, como también lo es la figura del CEO. En los planes de Abril-Martorell no está nombrar uno nuevo. Además de haber asumido parte de las funciones del último CEO, el presidente considera que ya tiene dos ‘CEOs’: Ignacio Mataix, consejero director general de Transporte y Defensa, y Cristina Ruiz, consejera directora general de Tecnologías de la Información (TI).
Ante la falta de presupuesto (y ahora también de convicción política) en Defensa hay que mirar hacia Europa
Sobre Mataix y sobre Ruiz pivota todo el negocio que pretende potenciar Abril-Martorell -Defensa y TI-, pero con más valor añadido, algo que algunos consideran que no es nuevo y que es, precisamente, lo que ha hecho Indra toda la vida. En cualquier caso, la apuesta por subir el nivel de la oferta significa, entre otras cosas, que Mataix (Defensa) tenga que mirar más hacia Europa. La falta de presupuesto -ya ocurrió con la anterior ministra, Cospedal- y, ahora también la falta de convicción política con Margarita Robles, le obligan a Mataix a buscar las castañas en Bruselas.
Subir el nivel de la oferta de TI significa que sobran empleos
Algo más comprometido se le presenta el futuro a Cristina Ruiz. Subir el nivel de la oferta de TI implicará ajustar la plantilla dedicada a ese negociado que, de un tiempo a esta parte, desempeña trabajos con un perfil muy administrativo, esto es, con poco valor añadido y que poco tienen que ver con el objetivo del departamento, que no es otro que la digitalización de las compañías.