A Fernando Abril-Martorell, presidente de Indra, se le acumulan los problemas. En estos momentos, el que fuera CEO de Telefónica y luego de Prisa, además del hombre de Credit Suisse en España se le acumulan los problemas, Para ser exactos, se encuentra a un paso de su salida. Y por concretar María Jesús Montero, titular de la SEPI, primer accionista de Indra, le quiere echar y él mismo está buscando su salida.
Los problemas se le acumulan: en Defensa no se entiende con Esperanza Casteleiro, la recién nombrada secretaria de Estado de Margarita Robles. Y el casO es que sí se entendía con el burgalés Ángel Olivares su antecesor en el cargo.
La cuestión no es baladí porque la división de Defensa constituía la esperanza de mayor margen para Abril-MArtorell.
Además, los malos resultados del primer semestre no ayudan
Pero hay más problemas. Las empresas le devuelven a sus empleados de ‘Outsourcing’, un pelotón en la abultada plantilla de Indra. En tiempos de crisis, Iberdrola o Telefónica, por mencionar dos clientes habituales de externalización de Indra, te devuelven a tus empleados y se contentan con los de la casa.
Y ahí entra María Jesús Montero, la ministra de Hacienda, quien ya le dobló el pulso cuando nada más declararse el coronavirus, Abril-Martorell intentó (intento lógico) un ERE, que le fue prohibido por Montero. Es más, en la compañía se comenta que Abril podría imponer su salida si volviera a retar a la ministra con otro ERE.
Y con las cuentas al límite, tampoco puede permitirse comprar ITP a Rolls Royce, algo que ya intentó en el pasado. Simplemente, no está el horno de la liquidez y del apalancamiento para muchos bollos.
Y Ángel Olivares ya no está en el Ministerio ni Margarita Robles entra en el campo empresarial
Y todo ello desemboca en los flojos resultados correspondientes al primer semestre del ejercicio 2020.
Resumiendo, nunca como ahora Abril-Martorell ha estado tan fuera de Indra. Porque se vaya, porque le echen… o por ambas cosas a la vez.