• La filial australiana CIMIC ingresa 142 millones de euros por la venta del 29% de Nextgen Group.
  • Y Hochtief (Alemania) construirá un rascacielos por 138 millones.
  • Lo que retrasa el nombramiento de Fernández Verdes como Ceo de ACS no es la reestructuración internacional del grupo. Es Florentino.
Marcelino Fernández Verdes (en la imagen) está presionando a Florentino Pérez (¡Oh capitán, mi capitán!) para que, de una vez por todas, le nombre consejero delegado del grupo, lo que supondría su vuelta a España. Y el Ceo de Hochtief y CIMIC presiona con hechos. Los últimos, anunciados este miércoles, la venta en Australia del 29% que CIMIC poseía de la empresa de infraestructuras de telecomunicaciones Nextgen Group -ingresará 142 millones de euros-, y la construcción de un rascacielos en Frankfurt por 138 millones. En total, 280 millones de euros que, sin duda, ayudarán decisivamente a la consecución de los objetivos anuales del grupo. No sólo eso. La firma de ambos contratos supone un nuevo aldabonazo al trabajo que viene desarrollando Fernández Verdes en ambas filiales desde que fue nombrado su máximo responsable, en junio de 2014. Ahora bien, de momento, no ha sido suficiente para que ¡Oh capitán, mi capitán! cumpla su compromiso de convertirle en el segundo ejecutivo del grupo. ¿Recuerdan? Tras la junta de accionistas de 2014, ¡Oh capitán, mi capitán! aseguró a los periodistas ahí presentes que Fernández Verdes sería nombrado Ceo de ACS. ¿Cedería entonces la gestión al nuevo Ceo? "Yo no cedo nada", respondió el presidente ejecutivo de la constructora y del Real Madrid. Fecha prevista para la llegada de Fernández Verdes: principios de 2016, en cuanto concluyera el proceso de reestructuración de Hochtief y CIMIC. Proceso al que le quedaba muy poco, o al menos eso les dijo ¡Oh capitán, mi capitán! a los analistas en el mes de febrero. Sin embargo, seis meses después, todo sigue igual. ¿Qué está pasando? Efectivamente, el proceso de reestructuración puede que no haya concluido, pero también es cierto que se puede alargar en el tiempo tanto como se quiera. Siempre se puede tomar alguna medida adicional. El problema no es la reestructuración de las filiales. El obstáculo de Fernández Verdes es ¡Oh capitán, mi capitán! que, desde que los March iniciaron su retirada de la constructora -fueron ellos los que le insistieron para que nombrara un Ceo que llevara el día a día del grupo-, ha obstaculizado el desembarco de Fernández Verdes en la matriz-. ¿Hasta cuándo? Hasta que no concluya la interminable reestructuración internacional de ACS. Pablo Ferrer pablo@hispanidad.com