- El proceso de desalinización puede ser muy 'verde', pero tiene dos grandes problemas.
- Necesita muchísima energía, por ello el socialista quería construir una desaladora al lado de la central nuclear de Cofrentes.
- Y luego hay que devolver la salmuera al mar. Pero no en la costa, sino con tuberías que la suelten en distintos puntos del interior del mar.
- Pero también hay corrupción: la empresa pública desvió 330 millones en las obras de las plantas desaladoras.
- Es el caso de la 'Operación Frontino': para cinco de los 13 detenidos, el juez Velasco ha dictado prisión.
Parece que la apuesta por la
ecología que hizo con tanto ahínco el socialista
José Luis Rodríguez Zapatero cuando era presidente del Gobierno no era tan bonita como podía parecer, es decir, como dice el refrán,
no era oro todo lo que relucía. En concreto, ha resultado ser demasiado
cara, financiada ¡cómo no! con dinero de todos los españoles, y además
corrupta, pues basta ver el caso de
Acuamed.
Esta compañía pública, dependiente del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, se encargaba del desarrollo de diversas actuaciones en las cuentas mediterráneas. Entre ellas, destacaban las relacionadas con las plantas desaladoras. Pero conviene subrayar que el proceso de
desalinización puede ser muy 'verde', pero tiene dos grandes problemas.
En primer lugar, necesita muchísima
energía. Esto explica por qué Zapatero quería construir una desaladora al lado de la central nuclear de Cofrentes (Valencia) y porque la planta de Torrevieja necesitara en 2007
la construcción de una red de alta tensión y una subestación de 220 kilovatios. Es más, el propio Instituto de Geografía, en un informe publicado en julio de 2004,
veía inviable la desalación por su coste energético.
El segundo gran problema es que luego hay que devolver la
salmuera -agua cargada de sal- al mar. Pero ¡ojo! no se puede dejar en la costa, sino que es preciso construir una serie de tuberías para que la suelten en distintos puntos del interior del mar porque es agua hipersalada y puede afectar a especies animales y vegetales. Sobra decir, que construcción de dichas tuberías supone una elevadísima inversión.
Sin embargo, la desalación no sólo resulta cara, sino que también se ha visto salpicada por la corrupción. Así, lo ha demostrado el caso protagonizado por Acuamed y que ya se denomina como
'Operación Frontino'.
Precisamente, este jueves,
elEconomista destaca que dicha empresa pública desvió 330 millones de euros en las obras de nueve plantas
desaladoras, según datos del Tribunal de Cuentas referentes al periodo 2005-2012. Unos sobrecostes que obedecen a las desviaciones de los presupuestos por errores, defectos, modificaciones, revisión de precios o liquidaciones.
El juez
Eloy Velasco investiga los contratos que dio Acuamed a Acciona y a FCC. En el marco de la 'Operación Frontino' se han detenido a 13 personas, a las que el magistrado de la Audiencia Nacional imputa presuntos delitos de pertenencia a organización criminal, prevaricación, fraude, malversación, maquinación para alterar precios de los contratos públicos, falsedad, tráfico de influencias y cohecho. Además, el pasado miércoles,
el juez dictó prisión para cinco de los 13 detenidos, entre ellos, el director general de Acuamed, Arcadio Mateo, y la directora de Ingeniería, Gabriela Mañueco.
Cristina Martín
cristina@hispanidad.com