Adolfo Domínguez se ha arrugado por el Covid-19, pues ha duplicado las pérdidas en su último ejercicio fiscal (1 de marzo de 2020 a 28 de febrero de 2021), hasta los 19,3 millones de euros, frente a los números rojos de 8,3 millones del anterior. Y no es lo único negativo: las ventas se han desplomado un 42,6%, a 66 millones por las restricciones en todos sus mercados y los cierres temporales de tiendas. Sin embargo, sube un 3% en bolsa este miércoles.
La cadena textil gallega ha tenido que acelerar su transformación ante la pandemia, pero el auge de las ventas online (+25,1%), que aportan el 20,7% del total de la facturación, no ha sido suficiente para sortear la crisis. Por su parte, el Ebitda fue negativo de 18,1 millones, frente al positivo de 11,3 millones del ejercicio anterior. Eso sí, su objetivo es recuperar la senda de crecimiento en el presente ejercicio, aunque no será fácil.
Ha lanzado un ERE para el 30% de la plantilla en España por causas “organizativas, económicas y de producción”, explica el director general, Antonio Puente, que presume de que la “la tesorería (842.000 euros) ahora cubre las deudas”
En rueda de prensa telemática, la presidenta ejecutiva, Adriana Domínguez, ha señalado que “la renegociación de los alquileres ha sido difícil”, que los gastos operativos se han reducido un 29,5%, hasta 39 millones, y los ERTE han permitido un ahorro en costes de personal del 38%. Sin embargo, todo esto no ha evitado que Adolfo Domínguez lanzara un ERE para el 30% de su plantilla en España, lo que afectará a 283 personas, según los sindicatos. Este ajuste se debe a la optimización de procesos por causas “organizativas, económicas y de producción”, como ha explicado el director general de la cadena textil, Antonio Puente. No obstante, ha subrayado que “la tesorería (842.000 euros) ahora cubre las deudas (fundamentalmente, de los créditos ICO obtenidos) y permite un fondo de maniobra sano”.
La cadena textil ha cerrado su último ejercicio fiscal con 342 tiendas, 48 menos que en el anterior, en 17 países, a pesar de haber realizado 14 aperturas en 14 meses (dos en España) con una nueva propuesta de arquitectura. Paralelamente, ha informado de las remuneraciones del Consejo de Administración, cuyo total ha bajado a 551.000 euros, frente a los 657.000 euros del ejercicio anterior, aunque algunos de los ocho consejeros han cobrado algo más: por ejemplo, la presidente ejecutiva, Adriana Domínguez González, que ha pasado de 206.000 euros a 220.000, y en quien su padre, Adolfo Domínguez Fernández (que esta vez ha reducido su cifra, de 218.000 euros a 118.000), oficializó la sucesión total; una de sus hermanas (Valeria), que ha pasado de 32.000 euros a 36.000; y la vicepresidenta, María Teresa Arazábal, que ha pasado de 39.000 euros a 42.000.
Y por último, un cambio en el Consejo de Administración: tras la renuncia de Luxury Liberty (por la mayor dedicación de su representante, Agnès Noguera, a la sociedad Libert 7), que se mantendrá como tercer accionista tras Adolfo Domínguez Fernández (31,514%) y Antonio Puig (14,801%). La silla de Noguera será ocupada por José Luis Sainz Díaz, nombrado consejero independiente.