AENA ha vivido un duro 2020 por culpa del coronavirus, que ha provocado una “caída del tráfico aéreo sin precedentes desde la Segunda Guerra Mundial”, ha afirmado su presidente y CEO, Maurici Lucena, en rueda de prensa telemática. Y es que parece que se encuentra en aterrizaje forzoso: ha tenido unas pérdidas de 126,8 millones de euros, desplome de ingresos, no repartirá dividendo y… retrasa tres años las inversiones para ampliar los aeropuertos de Barajas y El Prat. Eso sí, no ha tenido castigo bursátil: la cotización ha subido un 1,91%.
El gestor aeroportuario (que es propiedad del Estado en un 51%) está sufriendo fuertemente la crisis del Covid-19, que ha provocado “una caída del tráfico aéreo mundial sin precedentes desde la Segunda Guerra Mundial”, ha afirmado Lucena. Razón por la que AENA ha tenido las primeras pérdidas desde 2012. El Ebitda se ha hundido un 74,6%, a 714,6 millones, partida en la que han contribuido negativamente los deterioros contables de 64,6 millones del activo de Brasil (seis aeropuertos que forman el Grupo Aeroportuario del Nordeste de Brasil) y de 45,3 millones del Aeropuerto Internacional de la Región de Murcia (AIRM). Recuerden que este último fue inaugurado el 15 de enero de 2019 y tuvo 1,09 millones de pasajeros ese año (que si se suman a los 21.559 del de Murcia-San Javier, base militar que estuvo abierta al tráfico civil hasta que empezó a operar el AIRM, dan un total de 1,112 millones de pasajeros), mientras que en 2020 sólo ha tenido 217.912.
El Ebitda se ha hundido un 74,6%, a 714,6 millones, incluyendo un impacto negativo de los deterioros contables de los aeropuertos de Brasil (-64,6 millones) y del Murcia (-45,3 millones)
El descenso de viajeros ha sido más que una piedra en el zapato para AENA, al igual que para las aerolíneas y los arrendatarios comerciales. El tráfico ha caído un 70,9%, pasando de los 307,1 millones de personas de 2019 a 89,3 millones en 2020. De estos, en España, el desplome ha sido del 72,4%, hasta 76,1 millones, pese a que los meses preCovid (enero y febrero fueron muy buenos).
Y si caen los pasajeros, lógicamente, también lo hacen los ingresos: un 50,2%, a 2.242,8 millones de euros, frente a los 4.503 millones del año anterior. En concreto, los ingresos aeronáuticos han caído un 67,1% (lo que supone 1.908,2 millones), hasta 935,8 millones; mientras los comerciales e inmobiliarios han disminuido un 15,9% (209,2 millones), a 1.106,4 millones. Dentro de los comerciales se incluyen unas Rentas Mínimas Anuales no cobradas de 635,5 millones y conviene subrayar que ahora el gestor aeroportuario está pendiente de que los arrendatarios comerciales acepten su propuesta de rebajarlas al 50% hasta el próximo 8 de septiembre (exactamente igual que para el periodo comprendido entre el 21 de junio y el 31 de diciembre del pasado año). Por ahora, el 56% de los arrendatarios comerciales han aceptado, pero sólo representan el 13% de la facturación, pues “está habiendo más reservas entre los grandes operadores”, ha explicado Lucena. Y esto no es baladí, porque cinco de ellos concentran el 90% de la facturación de dicha división.
Lucena aceptó ser número dos de Salvador Illa si este preside la Generalitat: “Tengo un fuerte componente de servicio público y Cataluña está desde hace años en una situación muy complicada que está afectando a toda España”
AENA ha tenido unos ahorros de costes de 404,7 millones entre abril y diciembre del año pasado y unas inversiones de 435,7 millones. Respecto a este año, prevé unas inversiones de 840 millones, “la mayoría son de obligado cumplimiento”, ha afirmado Lucena, pues se van a retrasar tres años las que se iban a acometer en las ampliaciones de los aeropuertos de Barajas y de El Prat.
Por su parte, la deuda financiera neta del gestor aeroportuario ha aumentado, pasando de 6.200 millones a 6.540 millones. Pero lo peor es que el ratio de deuda neta sobre Ebitda se triplica, pasando de 2,3 a 8,1 por el Covid-19 y la caída que ha provocado en el Ebitda.
Respecto al hecho de que haya aceptado ser el número dos de Salvador Illa si este sale elegido presidente de la Generalitat, Lucena sólo ha señalado que ser el presidente de AENA “representa el máximo honor profesional” al que podía aspirar, pero le tira la política y su terra: “Tengo un fuerte componente de servicio público y Cataluña está desde hace años en una situación muy complicada que está afectando a toda España”. Eso sí, cobrará menos en la política catalana: unos 115.500 euros anuales, frente a los 168.000 que cobró en AENA en 2019 y los 170.000 (169.000 en retribución en metálico -156.000 euros de sueldo y 13.000 de la retribución variable a corto plazo- y 1.000 euros aportados a su sistema de ahorro) que recibió en 2020. Por su parte, el segundo consejero ejecutivo, Francisco Javier Marín, recibió 25.000 euros (24.000 en metálico -20.000 de sueldo y 4.000 de la variable a corto plazo- y 1.000 en especie -seguro de vida y accidentes, vehículo y combustible-) desde su nombramiento el pasado 29 de octubre.