La pandemia del coronavirus ha puesto a las aerolíneas al borde de la quiebra, entre ellas, a Lufthansa, líder en transporte de pasajeros en Europa. Y es que según las cifras preliminares del primer trimestre, ha triplicado sus pérdidas, hasta los 1.200 millones de euros, y pide la ayuda estatal de Alemania, Bélgica, Austria y Suiza (donde están su sede central y las de sus filiales).
De hecho, estaría ya ultimando un rescate por parte del Gobierno que lidera Angela Merkel que podría llegar a los 10.000 millones, según informa Reuters. “El comité de dirección confía en que las conversaciones culminen con éxito”, ha señalado Lufthansa en un comunicado. Negociaciones que se conocieron a primeros de mes, pero que no han sido únicas en el sector: se ha nacionalizado Alitalia, Norwegian y SAS han recibido ayudas públicas, también las han pedido las del Golfo Pérsico, y las principales estadounidenses ya han sido rescatadas.
La liquidez de las aerolíneas peligra: tienen ausencia de ingresos por las restricciones de vuelos y al mismo tiempo, salidas de fondos por las devoluciones de billetes anulados
“Nuestra preocupación principal es asegurar la liquidez, pero en una crisis de esta magnitud es legítimo que los estados actúen para estabilizar a las compañías que operan de forma sana y sostenible”, ha añadido Lufthansa en su comunicado. Y es que las aerolíneas tienen ahora ausencia de ingresos por las restricciones de vuelos y haber tenido que aparcar muchos aviones, pero al mismo tiempo afrontan salidas de fondos por las devoluciones de los billetes anulados. Todo esto sucede semanas después de que el grupo aéreo alemán advirtiera que el tráfico aéreo tardará años en volver a los niveles precrisis.
La Comisión Europea permitirá que los gobiernos entren en el capital de empresas afectadas por el coronavirus, aunque señaló que sólo debería usarse como último recurso. El grupo aéreo alemán ha señalado que tiene una liquidez de 4.400 millones, pero que corre el riesgo de quedarse sin efectivo en cuestión de semanas si no recibe ayuda estatal. Por su parte, Ryanair ya ha amenazado con llevar a los tribunales los rescates de las aerolíneas europeas, un hecho que ha coincidido con la anulación de su ERE en España por parte de la Audiencia Nacional: deberá readmitir a los 234 trabajadores (tripulantes de cabina y pilotos) que pensaba despedir por el cierre de sus bases de Tenerife, Lanzarote, Gran Canaria y Gerona; con las mismas condiciones que tenían y abonarle inmediatamente los salarios que no han cobrado.
La IATA prevé que las aerolíneas españolas pierdan 14.300 millones, poniendo en riesgo a más de 900.000 empleos y haya un impacto de 55.000 millones en el PIB
Todo esto sucede en un contexto delicado para todas las aerolíneas por la pandemia del Covid-19, en el que ya han quebrado unas cuantas: la regional británica Flybe, cuatro filiales de Norwegian y Virgin Australia. Un escenario ante el que la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA) ya ha empeorado dos veces sus previsiones y ha pedido ayuda a los gobiernos, pues espera una recuperación en forma de U. El pasado jueves, esta Asociación dio un pronóstico muy negro para las aerolíneas europeas: una pérdida de 82.500 millones en ingresos, poniendo en peligro 6,7 millones de empleos, y un impacto en el PIB de 49.000 millones. Respecto a España, la IATA prevé que los ingresos de las aerolíneas bajen en 14.300 millones, poniendo en riesgo a más de 900.000 empleos, los pasajeros se reduzcan en 114 millones y todo esto tenga un impacto de 55.000 millones en el PIB nacional. Además, conviene recordar que la fisión del holding IAG entre Iberia y British Airways está sobre la mesa de los gobiernos de nuestro país y de Reino Unido, aunque sería la última opción.