A la vista de los últimos resultados anuales de Airbus, su CEO, el francés Guillaume Faury, ya tiene argumento para vengarse de España: otros 1.200 millones de euros en provisiones para el A400M… y ya van 10.000 millones. Este avión militar lleva años siendo una pesadilla para nuestro país: a pesar de que aquí sólo se ensamblan las piezas diseñadas y fabricadas en Francia y Alemania, estos socios no dudaron en montar una gran mentira y calumniar a los ingenieros españoles tras el accidente que tuvo lugar en mayo de 2015 en Sevilla.
Y a los retrasos, sobrecostes y provisiones que acumula el A400M, así como las cada vez más complicadas perspectivas de exportación, se suma el cabreo de Faury porque España eligió a Indra como coordinador nacional en el proyecto del futuro caza de combate europeo (Future Combat Air System -FCAS-). Es más, hasta intentó que esto cambiara con chantaje incluido, pero, afortunadamente, el Gobierno no cedió e incluso manifestó su deseo de tener más peso en el gigante aeronáutico europeo.
El resultado operativo de la división de defensa y espacio cae un 40% frente a los aumentos en aviones comerciales (+32%) y helicópteros (+11%)
Ahora Airbus ha anunciado que reestructurará la división de defensa y espacio, cuyo resultado operativo (Ebit) ajustado ha caído un 40%, hasta 565 millones. Un descenso que contrasta con los aumentos en las divisiones de aviones comerciales (+32%, a 6.358 millones) y helicópteros (+11%, a 422 millones). Y la reestructuración, que según los sindicatos podría afectar a 3.000 empleos, como informó Expansión, llegará a España, que se dedica, sobre todo, a la parte militar.
El gigante aeronáutico europeo ha cerrado 2019 con pérdidas de 1.362 millones por las provisiones del A400M, así como el pago de 3.598 millones en Francia, Reino Unido y EEUU para cerrar investigaciones por corrupción y evitar juicios. Estos números rojos han recibido castigo bursátil (-2,91%), pero no afectarán a los accionistas: el dividendo subirá un 9%, hasta 1,8 euros por acción. Por su parte, los ingresos han ascendido a 70.478 millones, un 11% más que en el año anterior gracias al récord de entregas de aviones comerciales (863 unidades), que también ha repercutido en el flujo de caja, que ha ascendido a 3.509 millones (+21%). Además, al hito en entregas, se suma el récord en pedidos, justo cuando su principal rival, Boeing, atraviesa su peor momento por la crisis del 737 Max.
Paralelamente, Airbus controlará el 75% del programa A220 y el Gobierno de Quebec, el 25% restante, tras la salida de Bombardier, que recibirá unos 540 millones. Los analistas del Banco Sabadell han señalado que el impacto es limitado y positivo porque elimina incertidumbre en la joint venture que el fabricante canadiense tenía con Airbus y recuerda que la aportación del A220 al Ebit aún es negativa y no cubrirá gastos hasta 2021.