- Invierte 550 millones de euros para adquirir el 19,9% del icono capitalista, con sólo el 9,9% de los derechos de voto.
- Y los propietarios del rascacielos, encantados: dicen que es un socio inmobiliario muy fiable.
- La política de la familia real qatarí no tiene fronteras y le da igual un banco, una constructora o un equipo de fútbol.
- En España, son el primer accionista de Colonial y tienen importantes participaciones en IAG e Iberdrola, el 10% de El Corte Inglés o parte del Barça.
- Y lo mismo pasa en otros países europeos: Volkswagen, los almacenes Harrods, o el equipo París Saint-Germain.
El fondo soberano de
Qatar ha invertido 622 millones de dólares (550 millones de euros) en la sociedad propietaria del
Empire State Building, que es, además de un rascacielos, un icono de la ciudad de Nueva York.
Y es que a la familia qatarí le da igual que le da lo mismo cualquier inversión, sin límite de fronteras ni de sectores.
Con la nueva inversión,
Qatar Investment Authority (QIA), el brazo inversor de la
familial real del emirato, adquiere 29,61 millones de nuevas acciones ordinarias clase de la sociedad neoyorquina,
Empire State Realty Trust, a un precio unitario de 21 dólares por título. Esas acciones equivalen al 19,4% de los títulos clase A, pero sólo representan del 9,9% de los derechos de voto.
España, al igual que otros países europeos, forma parte también de su
peligrosa geografía empresarial y política. A principios de junio, se convirtió en primer accionista de Colonial (13,1%), al igual que ya lo es en Iberdrola (9,5%) o de IAG (15%), el hólding donde esta Iberia.
Es dueño, además, del 10% de
El Corte Inglés y tiene parte del
Fútbol Club Barcelona, además de poseer varios hoteles (el
Renaissance y el Vela en Barcelona, el
Intercontinental en Madrid o el complejo mallorquí Park Hyatt Canyamel) o de la concesionaria de la marina para yates
Port Tarraco (Tarragona).
La reacción de
Empire State Realty Trust ha sido cordial: les da la
bienvenida porque "su inversión es un respaldo de la estrategia, equipo y cartera de la firma", en palabras del presidente
John B. Kessler. Encantados, por tanto, porque dispondrán de "más capital y uno de los más sofisticados y fiables inversores inmobiliarios como socio".
Es mucho decir del fondo qatarí, que se coloca en el capital de diestro y siniestro, pero con la vista puesta, exclusivamente, en la rentabilidad que pueda conseguir:
el dinero les sobra, gracias al petróleo.
Y por eso, aparte de en España,
están también en empresas alemanas, francesas o inglesas. Eso sí, sin pasar del 49%, algo que impide la normativa comunitaria.
Pongan en esa lista las germanas
Volkswagen,
Deutsche Bank (en los que es primer accionista),
Hochtief, filial de ACS, los británicos almacenes
Harrods, el rascacielos londinense The Shard, la cadena Sainsbury's,
Barclays o BAA (el 49,9 en manos de Ferrovial), propietaria del aeropuerto de Heathrow.
Y en Francia, la editorial
Lagardere, el conglomerado de marcas
Moët Hennessy-Louis Vuitton (LVMH), la firma de marroquinería Le Tanneur o el equipo de fútbol
París Saint-Germain (PSG) que compró el actual emir,
Tamim bin Hamad Al Thani.
Cristina Martín
cristina@hispanidad.com