Alcoa ha tenido mejores resultados en el primer trimestre, pero insiste en irse de España. Es más, quería vender la última planta que le queda, la de San Ciprián (Cervo, Lugo), a la SEPI por 1 euro. Reyes Maroto, ministra de Industria, Comercio y Turismo, ha señalado que el grupo empresarial público “triangulará” la venta “llegado el momento, si es necesario”, y que hay inversores españoles interesados. Ante estas noticias, los trabajadores han aplazado la huelga y dan siete días para que avance la venta, mientras la Audiencia Nacional ha intervenido las fábricas de Alu Ibérica.
Parece que últimamente el mayor productor estadounidense de aluminio no da más que disgustos a España. La triangulación de la venta de San Ciprián supondría pasar la propiedad de Alcoa a la SEPI y de esta al comprador final… esperemos que con mejor tino que el que han tenido los casos de las fábricas de La Coruña y Avilés (hoy integradas bajo Alu Ibérica). Recuerden que Alcoa vendió estas dos al fondo suizo Parter Capital, que después revendió el 75% a Grupo Industrial Riesgo, una empresa de fondos privados con sede en Madrid que invierte en compañías con dificultades financieras y que se hizo con ellas a través de System Capital Management.
Ahora las plantas de Alu Ibérica han cobrado protagonismo, porque la Audiencia Nacional las ha intervenido ante los indicios de saqueo patrimonial desde que las compró Parter Capital. En concreto, la jueza María Tardón investiga posibles delitos de estafa agravada, insolvencia punible, apropiación indebida, contra la seguridad de los trabajadores y pertenencia a grupo criminal, así como fraude en subvenciones y blanqueo de capitales.