- El problema principal, tanto antes como ahora, no ha variado: la difícil integración de los solicitantes de asilo en el mercado laboral.
- Es, al menos, lo que dice el presidente de la Oficina Federal de Migración, Frank-Jürgen Weise.
- Otra cuestión es que si "llega más gente, vamos a estar ajustados", añade, pero aun así, afrontan el reto (un ejemplo para otros países).
Alemania se ha implicado con generosidad en la acogida a los refugiados que huyen de la guerra y del salvajismo del
Estado Islámico. Un ejemplo que debería ser seguido por otros países europeos.
En una entrevista con el dominical
Bild am Sonntag, el presidente de la Oficina Federal de Migración de Alemania,
Frank-Jürgen Weise, dijo que el país podría recibir hasta unos 300.000 refugiados más en el curso de 2016, que se sumarían al millón que llegó en 2015. El funcionario, que también dirige la Agencia Federal de Empleo, reconoció que si "llega más gente, vamos a estar ajustados", pero expresó su esperanza de que lleguen "menos de 300.000", recoge
DW.
El funcionario advirtió que
la integración de los solicitantes de asilo en el mercado laboral alemán será una tarea ardua. "Tomará mucho tiempo y costará mucho", reconoció, pero agregó que sus oficinas hacen "todo lo posible para insertar a la gente en el
mercado laboral lo más rápido posible".
Cerca de un
70 por ciento de los refugiados está en condiciones de trabajar, "pero una gran parte necesitará ayuda del Estado antes de que los podamos incorporar al mercado", explicó Weise. "Ha llegado gente capacitada, pero los números son bajos. Estimo que aproximadamente son un diez por ciento. Y hay un 40 por ciento que no tiene formación profesional, pero cuenta con alguna experiencia práctica", señaló.
Pese a que los costes y beneficios del flujo migratorio son difíciles de cuantificar, los pronósticos optimistas del año pasado fueron relativizados, fundamentalmente debido a la baja capacitación de muchos de los recién llegados. "No habrá un segundo 'milagro económico' gracias a los refugiados", sentenció
Clemens Fuest, presidente del instituto económico Ifo en alusión a la recuperación económica que protagonizó Alemania tras la
Segunda Guerra Mundial, también con la ayuda de inmigrantes del sur de Europa y de Turquía.
También hubo
críticas desde dentro de la coalición gobernante. El vicecanciller y presidente del Partido Socialdemócrata (SPD),
Sigmar Gabriel, sostuvo que la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de Merkel "subestimó el desafío". Gabriel aseguró que "siempre dijimos que era impensable que Alemania recibiese a un millón de personas por año" y
llamó a crear "condiciones favorables" para los refugiados, porque no basta con decir constantemente "lo lograremos", agregó.
Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com