La líder de los socialdemócratas germanos (SPD), Andrea Nahles, había planteado una ayuda interesada de Alemania a Turquía por la crisis de la lira, pero el Gobierno le ha salido al paso rápido al decirle que “no está en sus planes”. Cierra así la puerta, de momento, a Erdogan, en la misma línea que el comisario europeo de Presupuesto, Günther Oettinger, que ha explicado que sería un cometido, en cualquier caso, del FMI, si Ankara lo solicita, no de Bruselas o Berlín.
Andrea Nahles había sugerido la ayuda porque a los alemanes les interesa “una Turquía económica estable” y Alemania es el segundo inversor extranjero en ese país, con la presencia de más de 6.500 empresas con capital germano. En la misma línea, el ministro de Finanzas, Olaf Scholz, también había advertido de un posible riesgo de contagio para la economía alemana.
No tiene sentido ayudar a un país, mientras su presidente acumula poder hasta en la política monetaria
En paralelo, no obstante, otras voces como Michael Hüther, director del Instituto Alemán de Economía, ha dado en la diana al cuestionar a quién beneficiaría realmente esa ayuda, si a Turquía o al Gobierno, mientras su presidente aumenta su poder en el país, que es una de las razones de la debilidad de la lira.
Es significativo, por ejemplo, el poder de Erdogan del Banco Central, con una influencia directa sobre la política monetaria, que es lo que asusta a los inversores internacionales.
Hüther ha sido claro: son las empresas las que deben ser conscientes de sus inversiones en mercados emergentes como Turquía. Por eso, “no pueden pedir ayuda al Gobierno”, ha señalado a DW.