• La opción de Abril era fusionar Telefónica e Indra y recuperar la consejería delegada de la operadora, paso previo a...
  • Pero Alierta tiene otros planes. No le disgusta la fusión, pero sí las críticas del presidente de Indra.
  • Tras el bache veraniego, Alierta ha vuelto a tomar las riendas de la compañía y manda más que nunca.
  • Vamos, que no tiene la menor intención de retirarse.
  • Y el Consejo y el equipo ejecutivo le apoyan.
La verdad es que Abril-Martorell preside Indra porque César Alierta (en la imagen) le propuso ante el Gobierno como sustituto de Javier Monzón, a quien el Ejecutivo llevaba una legislatura intentando echar. Además, también fue Alierta quien apuntó su nombre como ceo de PRISA. Pero también fue César Alierta quien prescindió de sus servicios como Ceo de Telefónica. Ahora Abril pretendía volver a ser el Ceo de Telefónica, a través de una operación de fusión entre Telefónica e Indra, y suceder después al aragonés en la Presidencia de la operadora. Recientemente, ambas sociedades han firmado un contrato para explotar la medicina digital. En otras palabras, Alierta no tiene por qué negarse a esa fusión. Más bien una absorción, ciertamente, dado que Indra capitaliza 1.600 millones de euros y Telefónica 56.000 millones. Pero Abril ha cometido un grave error. Sí, el principal fallo de Martorell consistió en sus críticas a la actual gestión de Alierta, exactamente el mismo error que cometió siendo Ceo de Telefónica. De la misma forma que su principal fallo como presidente de Indra ha consistido en denigrar el pasado de Javier Monzón más allá de lo que aconsejaba la prudencia. Además, tras el bache veraniego, que obedecía a razones personales, César Alierta ha retomado el timón de Telefónica, con un Consejo sin fisuras, un equipo ejecutivo muy leal y sin la menor intención de irse a su casa a plazo fijo. Ha vuelto y con ganas de guerra. Lo que significa que tampoco la absorción de Indra cambiaría en mucho el organigrama de la teleco. Eulogio López eulogio@hispanidad.com