El fabricante americano Ford, uno de los más afectados por el mal momento del sector, prepara una ola de despidos en Europa para reducir los costes y trasformar su negocio en suelo comunitario. La multinacional dio los primero “signos de alarma” en octubre, cuando su presidente, Steve Armstrong, comunicó a los comités de empresa que Ford está “está perdiendo la paciencia” y anunció que revisaría “planta por planta” para volver a la rentabilidad.
La preocupación entonces estaba entonces en planta valenciana de Almussafes, que iniciaba un parón de 9 días en la producción y expedientes temporales (ERE) en motores. Ahora, regresa, una vez que Ford pasa a la acción con el anuncio de un recorte que afectará a miles de empleos para reducir los costes laborales, aunque no ha concretado a qué países afectará. En Almussafes trabajan 7.400 de la plantilla de 53.000 personas en Europa.
Revisará los negocios en Rusia y cerrará plantas como la francesa de Blanquefort, que produce cajas de cambio
El objetivo, según el comunicado de la multinacional, es claro: “recuperar la rentabilidad a corto plazo”, con un margen operativo el 6%, dentro de una reestructuración con la quiere dar un vuelco al negocio. Todo es posible en esa línea, que podría incluir también el cierre de plantas de producción.
La estrategia se concreta, paralelamente, con “un rediseño” para centrarse en tres áreas: vehículos comerciales, de pasajeros e importaciones, con nuevos automóviles totalmente eléctricos y opciones electrificadas para todos los modelos.
Avanza en la alianza con Volkswagen, cuyos detalles podrían conocerse en la próxima feria de Detroit
Al mismo tiempo, saldrá de las líneas de vehículos y áreas de negocio menos rentables. Podrá fin en agosto, por ejemplo, a la producción de cajas de cambio en planta francesa de Blanquefort, que da empleo a 850 personas. Y también revisará Ford Sollers, la empresa conjunta de la compañía en Rusia.
Ford busca igualmente sinergias con otros grupos, aunque se refiere explícitamente a alianza potencial con Volkswagen. Las dos compañías podrían anunciar detalles en la feria de Detroit, la semana próxima. Y no se cuestiona cambios por el Brexit en Reino Unido, su principal mercado europeo. Al contrario quiere consolidar su presencia en ese país.
Jaguar Land Rover recortará 5.000 empleos en Reino Unido
El anuncio de Ford coincide en el tiempo con otra noticia desfavorable: el posible pago de una multa de 700 millones de dólares en EEUU por su particular dieselgate en ese país. No es nuevo -la investigación comenzó hace meses con 104.000 vehículos en la diana-, pero se acerca el desenlance judicial. La multinacional ya provisionó esa sanción.
El varapalo en Ford sigue otro que tal baila en Jaguar Land Rover, que recortará 5.000 puestos de tabajo en Reino Unido, conde cuenta con una plantilla de 40.000. Es una secuela más del mal momento del sector -debido a la caída de ventas en China y la guerra contra el diésel-, a lo que se une, en este caso, la incertidumbre por el Brexit. El objetivo es el mismo que Ford: reducir los costes