La vista, que ha comenzado este martes en la sede del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), en Luxemburgo, se extenderá hasta mañana miércoles. El caso: la devolución de 13.000 millones de euros que, según la Comisión, debe devolver Apple a Irlanda por los impuestos no pagados en aquel país durante 11 años (desde 2003 hasta 2014).
“Apple paga sus impuestos y entiende la importancia de hacerlo. Pensamos que Apple es el mayor contribuyente del mundo”, ha señalado Daniel Beard, representante de la multinacional ante el TJUE. “¿Apple ha diseñado y desarrollado el iPhone en Irlanda, el iPad o el iPod? ¡No! La respuesta está escrita en cada producto de Apple: Diseñado por Apple en California”, ha argumentado Beard.
La Comisión Europea no opina lo mismo. Y es que, después de dos años investigando, concluyó que la compañía reagrupó en Irlanda todos los ingresos obtenidos en Europa, África, India y Oriente Medio, entre los años 2003 y 2014, por las ventajas fiscales ofrecidas por aquel país. En total, Apple se ha ahorrado, según la Comisión, 13.000 millones de euros que ahora debe devolver a Irlanda, aunque el gobierno irlandés apoya a la compañía y ha reiterado que no quiere ese dinero.
La solución a tanto pitorreo podría estar en la propuesta del G20, celebrado en junio: una tasa digital que tenga en cuenta la base de los usuarios y que grave la facturación de esas compañías, no su beneficio
El caso es importante porque puede sentar jurisprudencia, en un momento en el que las haciendas nacionales se cuestionan los impuestos que pagan en su país las tecnológicas norteamericanas, las llamadas GAFA (Google, Amazon, Facebook y Apple). Un ejemplo muy cercano: en 2017, ejercicio en el que Apple ganó 43.758 millones de euros y alcanzó el billón de dólares de valor en bolsa (el PIB español ese año fue de 1,16 billones de dólares), solo pagó 14,5 millones de euros en impuestos en nuestro país. La cuestión no es, por tanto, si Apple paga muchos impuestos o no en EEUU, sino los que paga en el resto de mercados donde vende sus productos.
La solución a tanto pitorreo podría estar en la propuesta del G20, celebrado en junio: una tasa digital que tenga en cuenta la base de los usuarios y que grave la facturación de esas compañías, no su beneficio.
La vista en el TJUE finaliza el miércoles, pero la decisión del tribunal no se conocerá hasta dentro de unos meses. Lo más probable, en cualquier caso, es que Apple recurra si la decisión es condenatoria, lo que retrasaría la solución del caso unos cuantos años. Para entonces, todos calvos.