Ignacio Araluce, presidente de Foro Nuclear, ha vuelto a poner en valor el papel esencial de la energía nuclear por la estabilidad de suministro que ofrece y la electricidad sin emisiones de CO2 que genera, en un evento telemático con periodistas. Es más, ha insistido en que el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) considera necesaria la nuclear y “si es necesaria, debe ser viable”, por lo que ha pedido una reducción de “la excesiva presión fiscal que soporta”. ¿Ha oído, vice Ribera?
“Su viabilidad es imprescindible para su persistencia”, ha afirmado Araluce, y ante un panorama poco alentador y que necesita cambios en la presión fiscal, no se puede descartar que hubiera alguna petición de cierre antes del calendario previsto (2027-2035). En el año pasado, “el parque nuclear ha funcionado por primera vez con un flujo de caja operativo negativo, porque los precios del mercado no han cubierto sus costes operativos, impuestos y tasas”. “Esto es insostenible”, ha añadido el presidente del Foro Nuclear, que ha recordado que las empresas propietarias de las nucleares “se deben a sus accionistas”.
En 2020, el nivel de impuestos y tasas a la nuclear ha estado en torno a 21 euros/MWh, suponiendo el 61% de los ingresos del mercado. Con el 39% restante no ha podido cubrir costes operativos ni amortizaciones de inversiones
En 2020, el nivel de impuestos y tasas a la nuclear ha estado en torno a los 21 euros/megavatio hora (MWh), que ha supuesto el 61% de los ingresos del mercado. Por tanto, sólo ha quedado un 39% restante con el que los siete reactores nucleares sólo han podido cubrir una parte pequeña de los costes operativos, pero nada de las amortizaciones de inversiones. “Desde hace varios años -y a pesar de su excelente funcionamiento- el resultado financiero del parque nuclear se ha visto mermado hasta el punto de haber funcionado a pérdidas durante algunos de los ejercicios”, pero ahora la situación es más preocupante. Y es que lo ocurrido en 2020 “puede ser un adelante de lo que puede ocurrir en los próximos años con la instalación de una gran cantidad de potencia renovable”. De hecho, el año pasado, el precio del mercado de la electricidad ha bajado cerca de un 30% a un precio medio de 34 euros (MWh) y en la primera subasta de renovables de la ‘era Ribera’, celebrada a finales de enero, el precio medio ha estado por debajo de 25 euros/MWh.
Entre esos impuestos y tasas, Araluce ha explicado que, como se acordó con la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa), la tarifa fija unitaria de la prestación patrimonial para la financiación de esta empresa pública ha aumentado un 19,2%, pasando de 6,69 euros/MWh a 7,98 euros/MWh para la gestión del combustible irradiado y otros residuos radiactivos, así como para el desmantelamiento futuro de las centrales nucleares. A esta se suma otro impuesto sobre el combustible gastado de unos 5 euros/MWh, los impuestos medioambientales de las comunidades autónomos (entre ellos, un nuevo impuesto en Cataluña) y la extensión de la tasa que financia el servicio de respuesta que prestan las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado a las centrales. “Es necesario una revisión de los impuestos y tasas que gravan la generación nuclear, algunos de ellos solapados, para hacer sostenible lo contemplado en el PNIEC”, ha subrayado.
La tecnología nuclear ha sido la que más producción ha aportado con una mínima potencia y la que más horas ha operado, evitando la emisión de 20 millones de toneladas de CO2
Y es que la energía nuclear tiene un papel esencial por la estabilidad y la garantía de suministro que aporta, así como por la electricidad sin emisiones de CO2 que genera. De hecho, en 2020, por décimo año consecutivo, la nuclear ha sido la tecnología que mayor producción eléctrica ha aportado (55.762 gigavatios hora -GWh-), lo que supone un 22,18% del total, y ojo, con sólo una potencia instalada de 7.117 MW, (6,49% del total del sistema). Asimismo, ha sido la tecnología que más horas ha operado (una media del 90% de las horas del año) y ha evitado la emisión a la atmósfera de cerca de 20 millones de toneladas de CO2.
Y por si esto no fuera suficiente, Araluce ha señalado que la nuclear “no ha contribuido ni un ápice a la subida de la luz (de hace unas semanas), es más, si no hubiera funcionado al 100%, el precio hubiera subido aún más”. Además, “la borrasca Filomena ha demostrado que somos bastante imprescindibles, si no hubiera habido apagones y cortes de suministro”. No hay que olvidar que no es la primera vez que alude a la excesiva carga fiscal que soporta esta energía, pues lo hizo también hace unos meses, y que no ha sido el único: hace un mes lo hizo el CEO de Endesa, José Bogas.