ArcelorMittal lanzó en la tarde del lunes una ampliación de capital por unos 1.850 millones de euros para reducir deuda y llegar cuanto antes al objetivo de situarla en unos 6.456 millones, tras las pérdidas del primer trimestre. La reacción en el mercado no se hizo esperar: las acciones cerraron con una caída del 15,91%, la cual se ha moderado este martes, hasta el entorno del 5%. Así, tienen aún más difícil recuperar el terreno perdido en bolsa, pues la depreciación ya es del 50% en lo que va de año.
El 37,5% de la ampliación de capital se hará mediante la emisión de nuevas acciones y el 62,5% restante con bonos obligatoriamente convertibles. La familia Mittal, principal accionista del líder siderúrgico mundial, verá reducida ligeramente su participación (del 37,4% al 33%), a pesar de garantizar un 10% de dicha ampliación (unos 185 millones).
La operación llega después de que las agencias de calificación Moody’s y Fitch rebajaran el rating de ArcelorMittal y de que esta vaya a aplicar un ERTE por causas económicas y productivas a sus 8.000 empleados en España (de estos, 5.400 trabajan en las plantas asturianas), pese a no tener el respaldo de los sindicatos. Estos últimos han convocado paros de dos horas en dos de los cinco turnos entre el 20 de mayo y el 30 de junio como forma de protesta.