En Buenos Aires (Argentina), miles de personas marcharon e invitaron a otros ciudadanos a los puntos organizados como ‘ollas populares’, para compartir algo de comida, como una señal de protesta contra el gobierno actual del presidente Mauricio Macri. Los miles de participantes en las manifestaciones, en diferentes partes de la capital, paralizaron la ciudad. El objetivo era pedir al gobierno que detuviera el aumento de los precios de los productos básicos y que declarase la emergencia alimentaria.
"Estamos a un paso de la paradoja de que en un país que tiene trabajo y produce alimentos para 400 millones de personas, se impone el hambre en los barrios más humildes, con los más pobres y pone en riesgo la paz social", dijo Daniel Menéndez, coordinador nacional de la asociación ‘Barrios de Pie’, uno de los organizadores del evento, según la nota enviada a la Agencia Fides.
Estamos a un paso de la paradoja de que en un país que tiene trabajo y produce alimentos para 400 millones de personas, se impone el hambre en los barrios más humildes
También estuvo presente una de las mayores asociaciones de trabajadores de Argentina, la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), que pidió al presidente Macri que reformulara sus políticas para que la gente "pueda comer y vivir en paz”.
Queremos aprovechar el potencial de las estructuras (de la Iglesia Católica y otras iglesias) para garantizar que la asistencia llegue aquellos que más lo necesitan
Según la prensa local, el gobierno está buscando las mejores soluciones para enfrentar una de las crisis nunca antes vistas en Argentina: "Queremos aprovechar el potencial de las estructuras (de la Iglesia católica y otras iglesias) para garantizar que la asistencia llegue aquellos que más lo necesitan", dijo un jefe de gobierno, al comentar sobre la crisis alimentaria que las autoridades reconocen.
Recientemente tuvo lugar una primera reunión por iniciativa del Ministro de Salud y Desarrollo Social Carolina Stanley con las autoridades de Caritas Mons. Oscar Ojea, Obispo de la Diócesis de San Isidro y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), que ha nombrado a su obispo auxiliar de San Isidro, Mons. Martín Fassi, como responsable de la coordinación de esta iniciativa. El gobierno también hizo un llamamiento a las iglesias evangélicas para pedir ayuda en la distribución de alimentos.
El Gobierno de Mauricio Macri llegó a un acuerdo con el FMI, en junio pasado, para obtener financiación por 50 mil millones de dólares, con el que trató de detener la devaluación agresiva del peso y para contrarrestar el deterioro de la macroeconomía, pero en la vida de todos los días, el número de personas que padecen hambre crece cada vez más.