En Argentina, el Gobierno populista que preside Alberto Fernández hizo pública ayer la propuesta que realizará hoy de manera formal a los bonistas privados para reestructurar la deuda. Fue el ministro de Economía, Martín Guzmán, quien, en líneas generales, detalló que se intentará cambiar la estructura de la deuda, con un período de gracia de tres años (para empezar a pagar a partir de 2023), a una tasa de interés del 0,5% (que irían creciendo, pero hasta niveles “sostenibles”), con una quita de capital de 3.600 millones de dólares (5,4% sobre el stock adeudado) y una reducción de pago de los intereses de 37.900 millones de dólares (equivalente a una quita del 62%), publicó Ámbito.
“Hay consenso de que hoy la Argentina no puede pagar nada. No sólo hoy no puede pagar nada, sino que durante ciertos años no podrá pagar nada”, resumió Guzmán al comienzo de su exposición, luego de referirse a las conversaciones previas que mantuvo tanto con personal técnico del Fondo Monetario Internacional como con el resto de los acreedores, en la búsqueda de lo que llamó un “criterio de sostenibilidad”. “A lo largo de este proceso hemos publicado un cronograma de acciones con el objetivo de dar previsibilidad a los bonistas sobre el proceso a seguir. En estas conversaciones aún no se ha llegado a un entendimiento entre la Argentina y los bonistas sobre qué es sostenible. Lo que la Argentina propone es algo que es consistente con lo que consideramos un marco macroeconómico sostenible y también con lo que el FMI considera sostenible”, agregó Guzmán antes de pasar a detallar la propuesta.
Vamos, un chollete. No sabemos qué pensarán sus acreedores...