Parece que Brookfield Infrastructure Partners ha notado poco el impacto del coronavirus en 2020, pues ha aumentado su beneficio neto un 32%, hasta 328 millones de euros, y sus ingresos un 34,7%, a 7.389 millones. Además, ha empezado este año “con una robusta posición de liquidez que nos permitirá buscar oportunidades atractivas y convertirlas en inversiones significativas”, ha señalado el CEO, Sam Pollock.
Conviene recordar que este fondo de inversión canadiense no es desconocido en España. Por ejemplo, el pasado verano estudió la compra de Merlin Properties, pero calentó la operación antes de tiempo. Este fondo también pujó por la filial de Servicios de Ferrovial, pero dejó el proceso antes de que finalizara,... claro que podría volver a intentarlo porque la compañía que dirige Rafael del Pino ha optado por dividir la filial en seis partes para lograr una venta exitosa. Además, Brookfield también ha entrado en el sector de las renovables: desde 2019, es dueño al 50%, junto al fondo estadounidense KKR, de X-Elio, tras comprársela a los hermanos Riberas; parece que ha aprendido de ACS... porque ha vendido las termosolares de Saeta Yield (compañía que compró por 1.200 millones en 2018) y ahora se ha hecho con 300 megavatios (MW) en la primera subasta de la ‘era Ribera’.
Volvamos a los resultados, en los que el Ebitda ha subido un 4,9%, a 1.657 millones. “2020 proporcionó un contexto único para demostrar la resiliencia y fortaleza de nuestro negocio. Fuimos capaces de invertir en activos de alta calidad que beneficiaron inmediatamente los resultados”, ha destacado Pollock. Los costes directos de explotación se han situado en 4.028 millones (+42,7%), mientras los gastos generales y administrativos se elevaron hasta 259,5 millones (+11,8%). Por su parte, el impacto de la depreciación y la amortización de activos fue de 1.418 millones y los fondos procedentes de operaciones han crecido un 5%, a 1.209 millones.