• Advierten de que si se pone fin a las ayudas, el mercado podría caer entre un 15% y un 20%.
  • Con las subvenciones, pueden alcanzar la meta del millón de coches vendidos, pero sin ellas, no llegaría a los 900.000.
  • El sector se ha acostumbrado a los planes de estímulo y le cuesta encajar lo que se insinuado desde el Gobierno.
  • Anfac insiste en que las ayudas dejarían de tener sentido si en España se vendieron 1,2 millones de coches al año.

Volkswagen y su filial española Seat se han puesto de acuerdo este martes en Ginebra, aprovechando el altavoz del Salón Internacional del Automóvil, para pedir la continuidad de los planes de inventivo a la venta de coches conocidos como PIVE. Vamos por el séptimo, presupuestado con 175 millones, pero a juicio de las dos marcas, no es suficiente y hace falta más. Es cierto que el sector se ha acomodado a esas subvenciones, por un lado (Anfac las agradece mes a mes al comunicar las ventas o la fabricación de coches), pero es justo decir también, por otro, que la carga queda repartida a partes iguales entre las marcas y la aportación de Industria (el 50% de los incentivos corre a cargo del sector y el otro 50% a base de partidas aprobadas por el Gobierno).

Todo apunta a que esas ayudas se van a acabar y, claro, el sector tiembla. Sobre todo, después de que el secretario de Estado de Comercio, Jaime García Legaz, dijera en enero que "el mercado automovilístico empieza a tener una vida intensa en cuanto a las ventas por sí solo, exige una reflexión respecto a las políticas de estímulo".

Es el sector de automóvil, precisamente, el que más teme el fin de los PIVE y el Ministerio de Industria también lo sabe. De ahí los guiños oficiales al sector, como el de ayer de Rajoy en la planta palentina de Renault, por ejemplo. El automóvil nutre el 10% del PIB español. No se trata de sostener las ventas sobre las subvenciones, defienden desde Anfac, sino de conservar unos estímulos para que la industria no pierda fuelle. Esas ayudas dejarían de tener sentido si en España se vendieron 1,2 millones de coches al año, pero estamos lejos de esa cifra. Las ventas en 2014 se acercaron ya poco a poco al millón de unidades, pero están lejos todavía de los 1,6 millones que se vendieron en cuatrienio 2004-2008. Paralelamente, hay que tener en cuenta que el 43% de los coches que se venden en España es gracias al PIVE. Pero, en cualquier caso, las subvenciones no son eternas.

 

El gesto en Ginebra de VW y Seat va en la misma línea que la de Anfac. Los papeles para decir lo mismo se los han repartido el director general de Seat, Mikel Palomera, y la directora de Volkswagen en España, Laura Ros. El primero ha incidido en que si el Gobierno da carpetazo a los incentivos a la venta de vehículos, el mercado del automóvil podría sufrir caídas de entre el 15% y el 20%. Laura Ros, por su parte, ha preferido insistir en la que decisión debe ser rápida porque el actual PIVE, el 7, que ha entyrado en vigor esta semana, agotará sus fondos en un mes.

Mikel Palomera ha pedido la renovación del PIVE todo el año porque permitiría alcanzar en 2015 el millón de matriculaciones. De lo contrario, ha dicho, "sería muy difícil llegar a las 900.000 unidades". Laura Ros, por su parte, ha defendido lo mismo, el pedir "un PIVE de salida", que no sería el actual 7. Y ha explicado que la rentabilidad de la red de concesionarios de Volkswagen en España, se mantienen los estímulos, podría ser del 2% en 2015, tras el 1,2% de 2014.

Rafael Esparza

rafael@hispanidad.com