- El sistema Guindos es justo pero demasiado complicado.
- Los bancos han hecho cuentas: el uso de cajeros no financia la inversión realizada.
- Que el cajero se convierta en un servicio rentable.
- Así que la batalla en el pago por el uso de cajeros no ha hecho más que empezar.
- El cajero también se supone que se convertirá en un producto a amortizar y ser sustituido por el móvil.
Éste es el mensaje que le apareció a un cliente de banca en el momento de sacar 600 euros en un cajero.
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Esta operación tiene una comisión por extracción de efectivo por importe de 0,60euros que se cobrará a su entidad emisora.
La entidad emisora de su tarjeta nos comunica que no le repercutirá la comisión por la operación".
Es decir, un coste de 0,60 euros, o un 1 por 1.000 que, a continuación, se nos 'regala', no se cobrará.
Considerando que se trata de un cliente del propio banco propietario del cajero y que está sacando su dinero de una cuenta de ese mismo banco, que ya tiene una comisión de mantenimiento de cuenta y otra de tarjeta… pues hombre.
Lo cierto es que el
Decreto Guindos sobre costes de extracción de dinero en cajeros era justo pero complicado, demasiado complicado.
Los bancos han echado cuentas y han decidido que el sistema Guindos no financia su inversión en cajeros ni de lejos. Ni financia ni amortiza lo invertido. Es decir, que no se trata ya de cobrar a la entidad emisora (muy útil, por ejemplo, para evitar que los jetas del
ING Direct continúen burlándose del resto de entidades), sino de que el cajero se convierta en servicio rentable.
Y esto convierte en pasado toda la polémica sobre la
reforma Guindos. Ahora de lo que se trata es de cobrar el máximo posible a los clientes de otras entidades y, atención, plantearse para el futuro, tal y como induce a pensar el mensaje, el cobro… también al propio cliente.
A fin de cuentas,
el cajero también se supone que se convertirá en un producto a amortizar y ser sustituido por el móvil.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com