Las pensiones contributivas nos cuestan más de 10.000 millones de euros al mes, por catorce pagas… y subiendo. Una auténtica barbaridad para un país con 47 millones de habitantes, algo menos de 19 millones de cotizantes a la Seguridad Social, casi 10 millones de pensionistas y una tasa de paro superior al 16%. Y el ministro José Luis Escrivá, incapaz de aportar solución alguna a pesar de las voces que piden medidas urgentes al Gobierno.
El último en hacerlo ha sido Óscar Arce, director general de Economía y Estadística del Banco de España, que ha dicho lo que en La Moncloa se niegan, incluso, a discutir: hay que retrasar la edad de jubilación a medida que aumenta la esperanza de vida.
“En 2050, con tasas de empleo y dependencia del 80 y 58%, respectivamente, el tipo efectivo de las cotizaciones sociales debería subir unos ocho puntos porcentuales para mantener la tasa de beneficio actual”, ha explicado este lunes durante su intervención en unas jornadas organizadas por la APIE y la Universidad de Alcalá. Y si no cambia nada, el sistema será insostenible dentro de 30 años, claro que para entonces, todos calvos.
El sistema actual está quebrado y no podemos seguir pagando las pensiones con créditos. Eso es un suicidio. Pedro Sánchez lo sabe y Escrivá, también. Pero les da lo mismo. A Sánchez solo le preocupa seguir en La Moncloa y no puede perder el voto de los pensionistas.