Por fin llegó el día: dos años largos después de la intervención del Banco Popular por Bruselas, su penúltimo presidente, Ángel Ron, comparecía ante el juez, José Luis Calama, de la Audiencia Nacional, en calidad de investigado. Y se supone que como primer sospechoso del desastre.
Y la verdad es que Ron tenía muchas ganas de hablar. A lo largo de cuatro horas ha identificado a los culpables del desastre en estas tres personas: su sucesor en la presidencia, Emilio Saracho, el mejicano Antonio del Valle y la consejera Reyes Calderón. Como lo que se dilucida aquí es una cuestión penal, Ron ha eludido su condición más íntima: que a pesar de estos indubitables culpables, la decisión última, la de la JUR europea de Elke König, consistió en aprovechar las tres 'disfunciones' para realizar un ensayo de liquidación bancaria con fuego real. Al final, el Banco Popular se entregó al Santander por el precio de un euro.
Y explica así la caída del Popular: Saracho vino a vender el banco, y a venderlo barato
Aún más, como hoy informamos en Hispanidad, el mismo consejero delegado del banco agraciado, el Santander, es decir, José Antonio Álvarez, aclaraba que no albergaba dudas sobre la gestión "honrada" tanto de Ángel Ron, como de Emilio Saracho.
En este último nombre, el de Saracho, a lo mejor Ron no está muy de acuerdo. Ante el juez Calama, Ron ha dejado muy claro que Emilio Saracho llegó a la presidencia del Popular (ocho millones de euros por cinco meses de no-trabajo) no para gestionar el banco, sino para venderlo. De otra manera, no se explica por qué de la propia presidencia salieron las peores informaciones sobre el Banco Popular, principalmente en dirección a dos medios informativos: "El Confidencial" y "Expansión". Luego veremos por qué el primero de ellos merece mención aparte.
Saracho no gestionó y posibilitó que la Unión Europea hiciera una maniobra de liquidación bancaria con fuego real
Según Ron, Saracho no solo no gestiono, sino que, además, echó tierra sobre el equipo directivo del Banco Popular. De este modo, abrió la puerta a las intenciones ligeramente homicidas de Elke König.
Frente a estas acusaciones Ron le ha recordado al juez que los consejeros del Popular invirtieron 500 millones de euros en las famosas ampliaciones, dinero que perdieron en su totalidad por la intervención. Vamos, que no ganaron, sino que perdieron. El único que ganó dinero con el Popular fue... Emilio Saracho.
Ron también dedicó espacio al mejicano Antonio del Valle. La labor de este empresario consistió, según la versión de Ángel Ron, en echar abajo la acción del Popular para poder hacerse con su control de la forma más barata posible. Por eso, se opuso a la oferta del BBVA y por eso buscó, con la inefable ayuda de Reyes Calderón, la destitución de Ron y su relevo por Emilio Saracho.
Antonio del Valle pretendía hacerse con el Popular a bajo precio. Para conseguirlo, Ron Sobraba
Sus palabras tampoco fueron amables para Reyes Calderón, quien se gastó el dinero del banco (Ron habla de 500.000 euros) en cazatalentos y despachos de abogados. Entre estos últimos, el despacho Alemany, Escalona & De Fuentes. De este bufete reseñar que, José Antonio Escalona, es el secretario del Consejo de Administración del periódico "El Confidencial". Se da la circunstancia de que este diario, citando fuentes del propio Banco Popular, aseguró que la entidad estaba poco menos que quebrada. No solo consta la relación profesional de Reyes Calderón con el secretario del consejo, sino que, el propio Emilio Saracho presumía de sus buenas relaciones con un periodista del medio, el que más firmaba los artículos del Popular.
Por cierto Ángel Ron le ha facilitado al juez Calama un documento que explica la actitud de la consejera Reyes Calderón durante los últimos meses de vida del Banco Popular. Se trata de un correo del representante de la Sindicatura (casi el 10%) del Popular, José Francisco Mateu, en el que afea su conducta a Reyes Calderón, empeñada en convocar una comisión de nombramientos y retribuciones para destituir a Ángel Ron. Un escrito que lo dice todo sobre lo que pensaba la mayoría de los miembros del Consejo del Popular y que demuestra que Ángel Ron no se encontraba, precisamente, en minoría, como refleja el siguiente párrafo del mencionado correo:
"En un supuesto como el que nos ocupa, la falta de proceso correcto no es una cuestión meramente formal. Las decisiones unilaterales sin mandato son, en primer lugar, irregularidades jurídicas de primer orden insubsanables que llevan aparejada la responsabilidad frente a los Consejeros y accionistas de quien las adopte. En segundo lugar el mandato para actos concluyentes en nombre del Consejo o la Comisión que presides es algo que exige ineludiblemente contar con la opinión de todos, motivarlo, documentarlo y someterlo al Consejo de Administración en pleno. Sustraer ese debate a la mayoría de los consejeros imponiendo al Presidente, además, forzando su buena fe, conductas precipitadas importantes es inaceptable desde cualquier punto que se mire."
El triángulo de nombres Emilio Saracho, Antonio del Valle y Reyes Calderón, además del interés de Europa de utilizar al Popular como conejillo de indias, es lo que explicaría que un banco calificado como solvente, tanto por el Banco de España (BdE), como por el Banco Central Europeo (BCE), -Luis de Guindo dixit- que, de pronto, sufriera una incomprensible e irresistible crisis de liquidez. Y lo que valía, ya muy devaluado por las insistentes noticias negativas, 1.300 millones de euros, fuera adquirido, en la madrugada del 6 al 7 de junio de 2017, por 1 euro.
Reyes Calderón contrató al bufete de José Antonio Escalona, que era el secretario del Consejo de "El Confidencial"
De cualquier forma, recuerden que el hecho en sí de la intervención del Popular no se sustancia en la Audiencia Nacional, sino en el Tribunal Europeo de Justicia de Luxemburgo (TJUE). Lo de Madrid es una cuestión de honor personal. Algunos piensan que tiene su importancia.