• No mejoran la solvencia y son muy complejas.
  • Además, la reconversión bancaria ya se ha producido. En cuatro años, 80.000 personas y 14.000 oficinas menos.
  • Diagnóstico del presidente de Bankia: el problema de la banca actual es su pésima imagen.
  • La digitalización es un reto pero no una amenaza… y Bankia ha disparado su crédito al consumo por internet.
  • Móvil y ordenador sí, pero, cuando necesita ayuda, a la gente no le gusta que le hable una máquina.
  • El cliente bancario futuro: digital para operar, personal para aconsejar.
  • En plata, banca personal, que no privada.
  • Para Goiri, las cajas de ahorros eran públicas. Más bien eran mutuales e invadidas por políticos y sindicatos.
  • La fusión con BMN precisa el permiso de Europa hasta junio de 2017… pero lo obtendría ya mismo.
El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri (en la imagen), recuerda que la rentabilidad sobre fondos propios está por debajo del coste de capital. En plata: que el negocio bancario es una castaña y hay que buscar la rentabilidad debajo de los baldosines. Pero esto ya no es noticia. Y también dice, otro que sale del armario (en materia de fusiones, no se asusten) que las concentraciones son una tontería. Es decir, el veterano aforismo: fusiona dos bancos y tendrás tres problemas. Son complejas, sólo funcionan por absorción y no producen más ni mejor negocio. Pero, sobre todo, sin nombrar, pero aludiendo al argumento de los monetaristas del Banco Central Europeo (BCE) y del Banco de España (BdE), esto es, que hay que fusionarse para cerrar oficinas y despedir gente, porque sobra capacidad, Goirigolzarri recuerda que la reconversión ya está hecha: en cuatro años de crisis (bueno, la crisis empezó en 2007) resulta que se han cerrado 14.000 oficinas bancarias y se ha reducido la plantilla bancaria total en 80.000 personas. Los otros dos asuntos tratados por Goiri durante su intervención en el curso de Periodismo económico de APIE, en la UIMP de Santander: La imagen de la banca, ahora, que somos todos muy 'modelnos', conocida como reputación corporativa (dicho sea con perdón): "Hay que reivindicar la banca, la utilidad de la banca para la sociedad. La permanente sospecha de la sociedad sobre la banca conduce a tomar decisiones erróneas", clama Goiri. Y más: "La banca española ofrece una excelente calidad de servicio comparada con la europea… las pymes se financian a menor precio que en Europa y las hipotecas tienen los tipos más bajos de todo el continente". Y todo eso es cierto, pero es más fácil romper el átomo que romper un prejuicio (Einstein dixit). Sobre todo cuando ha llegado la banca en la sombra (no es que vaya a llegar es que ya ha llegado), es decir, los fondos. Y esos sí que son peligrosos. El presidente de Bankia, convertido en portavoz del sector, exclama: "los bancos deben ser rentables, Una banca no rentable no allega capital, no puede financiar a la economía". Su alegato es certero, ecuánime, racional y lógico: no creo que sirva para mucho. El personal prefiere las tontunas del Gran Womyng sobre los bancos. Más: "el 31 de diciembre de 2015 terminamos nuestro primer plan estratégico. Somos el único banco europeo que alcanzó los objetivos marcados por Francfort y Bruselas con dos años de adelanto". Hasta ahí bien, pero ahora Goiri, también sin citar a las cajas, apunta contra la politización de estas entidades. Y sí, las cajas de ahorros estaban politizadas pero no cayeron por eso. Cayeron porque el sistema Basilea las derribó: "el 25 de mayo se cumplieron cuatro años del nuevo Consejo: 11 consejeros, ocho ejecutivos, independientes y ninguno tiene pasado político… desde octubre de 2013 consejero coordinador de independientes". Es más, para quienes aseguran -por ejemplo el abajo firmante- que lo mejor hubiera sido liquidar Bankia, es decir, el sistema Lehman Brothers, Goiri responde lo siguiente: "devolver 100.000 euros por depósito hubiera costado 60.000 millones de euros", casi el triple que los 23.000 millones aportados por el Estado. Bien, pero ahí no cuentan los activos. ¡Algún activo tendría la banca de Rodrigo Rato, digo yo! Pero es lógico, Goirigolzarri ha hecho una muy buena gestión en Bankia y quiere que se luzca. Sólo que esa es otra historia. Otrosí: asegura Goiri que las cajas eran banca pública. No, eran bancos politizados. Su naturaleza era mutual, y cayeron porque Basilea y sus terminales no soportaban ninguna entidad financiera que no fuera SA y, a ser posible, bien grandota. En Basilea, en la Reserva Federal, en el BCE, en el Banco de Inglaterra, en el de Japón… no les gusta lo pequeño. Sí, Bankia se comerá BMN. Goiri no lo ve para ya mismo (aunque estuvo a punto de ser para ya mismo tres meses atrás) pero se paralizó. Dicen que Bruselas no lo permite. Sí, Bruselas puede impedirlo pero si el Gobierno español insiste, no lo prohibirá. Un problema menos. ¿A Goiri le hará mucha ilusión comerse  BMN? No mucho. Su sueño inicial consistía en devolver todo el dinero público recibido con una explosión bursátil, entre los reveses judiciales y si se le obliga a financiar nuevos saneamientos, la cosa se retrasará o el dinero a obtener por el Estado será inferior. Digitalización. Goiri acaba con la quimera Francisco González, el presidente del BBVA. Que sí, que la digitalización es una oportunidad y no una amenaza pero todo ello mientras se haga la revolución al ritmo del cliente y sólo del cliente. El modelo idea para Goiri es el de la banca personal. El cliente que opera por internet (teléfono, tableta, ordenador) a la hora de la verdad busca asesoramiento y prefiere la oficina. Por eso, Bankia ha disparado sus operaciones -incluso créditos al consumo, por móvil- pero abre cada vez más oficinas de asesoramiento el ahorro a los clientes, a ser posible por la tarde. Vamos, lo sensato. Recuperar la banca personal (que no la banca privada o de fortunas) con una atención eso, personalizada. Se necesita la banca digital y se necesita la red de oficinas sólo que de otra forma. Móvil y ordenador, sí, pero, cuando necesita ayuda, a la gente no le gusta que le hable una máquina. Eulogio López eulogio@hispanidad.com