¡Qué presentaciones tan bonitas hace Bankinter! Para los que nos manejamos a duras penas con el procesador de textos, nos admira profundamente la capacidad de su personal en esos manejos. ¡Enhorabuena! Otra cosa es que el contenido de los resultados sea un poco parco. En cualquier caso, enhorabuena también por el incremento en un 15% del beneficio en el primer trimestre, 143 millones, frente a los anteriores 124,4 millones de euros.
Pero lo mejor es la calidad del resultado. Ya sí que podemos decir, al menos en Bankinter, que la crisis bancaria está sepultada definitivamente con un crecimiento del 9,1% en el margen de intereses, el primero de la cuenta de resultados, y en igual medida del margen bruto, que añade al anterior otros ingresos típicos de la actividad bancaria como son las comisiones por servicios o el resultado de las operaciones en los mercados.
Esos dos márgenes nutren la capacidad del banco para hacer frente a sus gastos fijos y de absorber la morosidad, por lo que es una magnífica noticia su crecimiento y su crecimiento con fuerza.
Es de destacar el crecimiento del diferencial, en un entorno de tipos muy bajos pero estables, entre el rendimiento de la inversión y el coste de la financiación, desde el 1,81% al 1,94%, lo que supone un crecimiento del 7,2%, que unido a un crecimiento de la inversión crediticia (los préstamos) explica el incremento antes apuntado de los márgenes superiores.
Los costes operativos, sin embargo, parece que han crecido más de lo razonable en un contexto de baja inflación (+8,5%), si bien hay que separar el crecimiento menor de estos gastos en la actividad bancaria (+6%) que en los de la intermediación aseguradora (+15%).
En cualquier caso, Bankinter presenta un buen ratio de eficiencia (46,9%) y lo más significativo es que lo ha bajado desde el que presentó en el primer trimestre de 2017 (47,9%) significativamente.
Así, finalmente el margen de explotación, que descuenta estos gastos, aumenta un 9,7%. El fin de la crisis apuntado al inicio de este análisis, con la consiguiente reducción de las provisiones (-4,3%) nos arroja el crecimiento del resultado final con el que comenzábamos: +15%. Un buen trimestre para comenzar el año.
La solvencia del banco es alta, con un ratio del 14,8%, sensiblemente por encima de lo que se le exige (12%) y la rentabilidad de los recursos propios en el 13,3%, para solaz de los accionistas, ha dado un fuerte estirón desde el primer trimestre de 2017 en que fue del 12%. Todo bien, por tanto.
El banco va reduciendo su cartera de activos adjudicados, lo que mejorará su liquidez, en la que no se atisban problemas por los próximos vencimientos de la cotizada pero mantiene aún una relación de créditos sobre depósitos por encima del 100%, en concreto 108,6%, que ha mejorado en lo que va de año (110,4% a 31.12.17).
Nada nuevo en Bankinter: el banco sin sobresaltos.