Barclays da un giro con sus resultados en 2018, al pasar de pérdidas a un beneficios de 1.604 millones de euros, por un lado, y teme los resultados del Brexit. Es el motivo por el que ha añadido 173 millones a sus provisiones (de 1.690), con lo que se cubriría del aumento de préstamos de cobro dudoso si la economía se resiente tras el divorcio con la UE.
De momento, ha salvado un año complejo, según su consejero delegado, Jes Staley, que ha justificado las mayores provisiones con las mismas razones que han dado HSBC o Royal Bank of Scotland: el aumento de incertidumbre. La complejidad no es otra que las multas por prácticas irregulares, sobre todo en EEUU, con un coste total de 2.540 millones.
Edward Bramson (5,5%) presiona para reducir banca de inversión y potenciar la división de renta fija, divisas y materias primas
En el entretanto, los ingresos aumentaron un 0,3%, hasta 24.328 millones de euros, tras haberse desprendido de negocios de poca rentabilidad, un paso saludable, según Staley, aunque insuficiente. Ha vendido, por ejemplo, su filial africana BAGL, con un impacto negativo no recurrente de 2.878 millones.
Por otra parte, el financiero americano Edward Bramson, que tiene un 5,5% del capital y quiere sentarse en el Consejo, presiona al banco para aumentar el peso de la división de renta fija, divisas y materias primas -frente al área de banca de inversión-, pero ha reducido su beneficio un 6% en el año.